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El reinado de Fernando VII

Publicado por Raquel

Fernando VII, retratado por GoyaEl mandato de Fernando VII como rey de España se extendió desde 1814 hasta 1833. Fueron unos veinte años de reinado, casi la mayor parte de ellos de tintes absolutistas, en un momento en el que en media Europa se reclamaba el Liberalismo. España no fue ajena a esta oleada, y las pretensiones absolutistas del monarca se vieron alteradas por numerosos pronunciamientos militares en pro del Liberalismo. Alguno de ellos, incluso, llegaría a triunfar. Como dato curioso, comentaremos que el reinado de Fernando VII comenzó tras el final de una guerra, la de la Independencia frente a Francia, y terminaría con el comienzo de otro conflicto armado, como fue la I Guerra Carlista.

La vuelta a España de Fernando VII “El Deseado”, que había estado exiliado en Bayona durante la Guerra de Independencia, hizo concebir al pueblo ilusiones de Liberalismo, tras los desastrosos años de conflicto contra el ejército napoleónico. En un primer momento, el monarca juró la Constitución promulgada en Cádiz en 1812, el primer texto de leyes y derechos redactado por diputados españoles. Sin embargo, la puesta en marcha de esta Constitución se vio truncada muy pronto. Se piensa que Fernando VII se subió al carro del Liberalismo para ganarse el favor del pueblo, pero sus verdaderas pretensiones fueron otras, como se demostraron entonces. Un grupo de notables absolutistas le hizo entrega del conocido como “Manifiesto de los Persas”, que instaba al rey a negar la Constitución y volver al Absolutismo. Fernando VII no hizo esperar por mucho tiempo este deseo y, al poco de llegar al poder, declaró nulo el texto de Cádiz.

Comenzaba así el primer período de su reinado, conocido como el “Primer Período Absolutista”, que se extendería de 1814 a 1820. La contestación de los liberales no tardó en llegar, y se tradujo en numerosos pronunciamientos militares, muchos de los cuales fracasaron. Mientras, Fernando VII se veía apoyado por las potencias europeas, que en 1815 celebraron en Viena el congreso por el cual se volvía al Absolutismo; se iniciaba en el continente, pues, el período conocido como la “Restauración”.

Sin embargo, en 1820, sí hubo un pronunciamiento liberal que triunfó y que hizo al rey jurar de nuevo la Constitución de Cádiz. No hay que perder de vista que, en estos momentos, las colonias hispanoamericanas estaban iniciando su proceso de independencia, que intentaba ser controlado desde la Península por el rey. De esta manera, un grupo de militares españoles que iba a ser destinado a América aprovechó esta circunstancia para levantarse contra el Absolutismo del monarca. Este pronunciamiento se produjo en las Cabezas de San Juan (provincia de Sevilla), y estuvo encabezado por el general Rafael Riego.

El golpe tuvo una contestación casi unánime en toda España, lo que obligó a Fernando VII a jurar la Constitución de 1812. Así se iniciaba el segundo período de su reinado, el “Trienio Liberal”. Hasta 1823 reinó el Liberalismo en España. Pero ese no era el deseo del monarca. Amparado por las monarquías absolutistas europeas y en pro de la Santa Alianza acordaba en Viena para la protección de las mismas, Fernando VII pidió ayuda. La respuesta de Europa fue el envío de un ejército a España, el conocido como “Los Cien Mil Hijos de San Luis”, que redujo a los liberales y ayudó a la nueva proclamación del Absolutismo. Fernando VII se hizo de nuevo con todos los poderes, y Riego fue ejecutado.

Quedaban diez años de reinado absolutista que se han venido a denominar como la “Década Ominosa”. Principalmente, este tiempo vino determinado por el problema sucesorio, ya que Fernando VII dejaba dos hijas de corta edad que, por la Ley Sálica de Felipe V, no podían reinar. Apareció entonces en escena Carlos María Isidro, hermano del monarca, que se proclamó legítimo heredero. Se iniciaba, de esta manera, a la muerte de Fernando VII, una nueva guerra por el poder en España, que enfrentó los liberales, partidarios de Isabel, la hija del rey, con los “carlistas”, los seguidores de Carlos, que querían mantener el gobierno absolutista.

Terminaba así un largo reinado cargado de intentonas liberales en pro de la Constitución, que sólo tuvo éxito en 1820, aunque por poco tiempo. Ya sería más adentrado el siglo XIX cuando, verdaderamente, el Liberalismo quedaría implantado en España.