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La Revolución Argentina

Publicado por Hilda

La Revolucion ArgentinaToda revolución implica un cambio, y estos no siempre son positivos. Es verdad que hubo una transformación de la mano de la Revolución Argentina, como los propios militares llamaron a su accionar, pues la República Argentina dejó de tener el 28 de junio de 1966 un gobierno democrático, para padecer una dictadura militar, tras la consumación de un golpe de Estado, que fue apoyado por buena parte de la ciudadanía especialmente por los peronistas, con cuyos sindicatos Illia tuvo una conflictiva relación; y por el propio Perón que estaba en Madrid, exiliado, y al que Illia le había negado el regreso. Los medios de comunicación hicieron “su trabajo” al desprestigiar al presidente Illia, calificándolo de lento e ineficiente y asignándole el mote de “tortuga” pues era un presidente honesto que afectaba los intereses de muchos corruptos especialmente en el campo de los medicamentos.

Los militares tenían para actuar el contexto propicio a nivel externo, ya que contaban con el apoyo de Estados Unidos, que estaba viviendo como líder capitalista, la “Guerra Fría” y quería contar en América Latina con gobiernos militares que estuvieran armados y fuertes contra el avance de la ideología comunista.

El presidente derrocado fue el doctor Arturo Umberto Illia, de ideología radical, que había sido votado por solo el 25,14 % con el peronismo proscripto, por lo que los votos anulados o en blanco fueron el 21, 20 %; y quien asumió el mando como dictador fue Juan Carlos Onganía, que llegó con el firme propósito de que la dictadura militar se afiance en el poder y no lo abandone. Hasta entonces, las dictaduras argumentaban que llegaban para que el orden sea restablecido y luego prometían la convocatoria a elecciones. Esta vez, dieron un paso más, llegaron con el ánimo de instalarse en el poder.

El golpe fue organizado y planeado bajo la dirección del Comandante del Primer Cuerpo del Ejército, General de División Julio Rodolfo Alsogaray, ayudado por el Teniente General Pascual Ángel Pistarini, Comandante en Jefe del Ejército Argentino. Fue una toma pacífica, que duró desde las 5 de la mañana hasta el anochecer, donde Illia, que había sido invitado a retirarse, accedió, ante la ocupación armada de la Casa Rosada, que llegó, según ellos, para modernizar el país y propiciar su desarrollo.

El gobierno fue ejercido por una Junta Militar formada por un comandante de cada fuerza, tres en total, que designarían a uno de ellos como Presidente con atribuciones ejecutivas y legislativas.

Juan Carlos Onganía gobernó hasta 1970, hasta que por un golpe interno fue reemplazado por Roberto Marcelo Levingston, el que a su vez también por un golpe de sus propios camaradas, fue sustituido por Alejandro Agustín Lanusse que gobernó hasta 1973. Su labor se enmarcó en el Estatuto de la Revolución Argentina, ordenamiento legal de diez artículos que se consideró ley suprema, por sobre la Constitución Nacional.

La Revolución Argentina que había llegado para “salvar al país” fue un fracaso y se multiplicaron las críticas de la población creciendo en desprestigio y perdiendo en legitimidad, hasta que decidieron llamar a elecciones permitiendo la participación del peronismo pero sin Perón. El candidato peronista Héctor J. Cámpora se adjudicó en las elecciones democráticas el 49,53 % de los sufragios y permitió la llegada al poder de su líder, Juan Domingo Perón, tras su renuncia y la convocatoria a nuevas elecciones.