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Los Portugueses en Brasil

Publicado por Hilda

BrasilPortugal, al igual que España, durante muchos años debió soportar la invasión musulmana. Una vez resuelto este problema se dedicaron a intensificar su comercio buscando nuevos mercados.

El comercio de los portugueses con las Indias orientales se vio debilitado a causa del avance de los árabes que comenzaron a monopolizar el comercio en el Océano Índico. Ese fue el motivo, por el cual Potugal, en busca de nuevos mercados, comenzó a prestar atención a sus territorios colonizados en América, que le correspondían por el Tratado de Tordesillas.

Los aborígenes que hallaron en Brasil fueron pocos, y a pesar de que no resistieron la conquista, no constituyeron mano de obra suficiente para llevar a cabo la explotación agrícola y minera.

El territorio bajo el dominio portugués fue dividido en quince capitanías que de norte a sur eran las siguientes: Río Grande, Paraiba, Itamaraca, Pernambuco, Itaparica, Paraguacu, Bahía, Ilhéus, Porto Seguro, Espíritu Santo, Santo Tomé, Río de Janeiro, Santo Amaro, San Vicente y Santa Ana.

El cargo de Capitán era hereditario, y éste ejercía su poder ampliamente, con total libertad. Este sistema no prosperó y fue reemplazado por un gobernador, que residía en Bahía, capital del sistema colonial, y que respondía a las órdenes del rey.

Los portugueses que arribaron en un principio a Brasil eran la parte menos selecta de la sociedad europea, muchos de ellos acusados de traidores o ladrones. Fue a partir del año 1530 en que comenzaron a llegar oleadas inmigratorias, con miembros de todas las clases sociales, a establecerse con fines productivos, cuando otras naciones extranjeras amenazaron con realizar en esa zona la comercialización del palo brasil.

La carencia de población autóctona, no permitió el proceso de mestizaje que ocurrió en la América española, aunque la falta de mujeres portuguesas contribuyó en algún modo a la interacción racial. Se distinguieron socialmente dos grupos: la minoría blanca, portugueses y su descendencia colonial, dueña de todos los derechos, ocupando los cargos de gobiernos, ejerciendo el comercio, los oficios y la explotación azucarera. Por otro lado, los esclavos africanos, traídos ante la falta de mano de obra indígena, carentes de derechos.

El palo brasil, árbol que crecía en la zona, y que tenía la particularidad de ser usado para teñir telas, a partir de una tintura que se extraía de su corteza, fue talado en forma indiscriminada, realizando una actividad extractiva, sin ningún cuidado por las consecuencias ecológicas de la misma, y enviado a Europa para su procesamiento de extracción de tintura. La zona quedó desmontada, y se aprovechó para el cultivo de caña de azúcar, en el siglo XVII, que se explotó en las plantaciones.

Hasta entonces, se había cultivado la caña de azúcar en las colonias portuguesas de las islas Azores y Madeira, en el Océano Atlántico. En este cultivo ya se tuvieron en cuenta más recaudos para realizar inversiones productivas. Los europeos no conocían esta planta, que desde Asia, llegó a América traída por comerciantes portugueses, y el azúcar hasta entonces, se había obtenido de la remolacha.

Las plantaciones eran latifundios donde los esclavos africanos se dedicaban exclusivamente a un cultivo determinado, en este caso, la caña de azúcar, invirtiendo los dueños, grandes sumas en maquinarias. La caña se procesaba en los ingenios, y de ella se extraía el azúcar. En la casa grande vivían los dueños de la plantación y los esclavos se ubicaban en la senzala, habitaciones destinadas para ellos.

Los pequeños agricultores o labradores, también producían caña de azúcar pero en forma más rudimentaria, ya que carecían del capital necesario para la inversión que produjera el rendimiento de las grandes plantaciones.

En el siglo XVIII, la competencia internacional que provocaban las plantaciones holandesas de las Antillas, determinó que la caña de azúcar de Brasil, fuera menos requerida, aunque hacia fines de ese mismo siglo se recuperó el mercado y la producción comenzó nuevamente a crecer sobre todo en la zona del nordeste. Un nuevo producto comenzó a tener gran éxito, el café, producido sobre todo en San Pablo.

El trabajo en las minas también fue fuente de riqueza para los portugueses,.pero recién las hallaron en el siglo XVIII, para lo cual organizaron expediciones, llamadas bandeiras, y a sus integrantes, bandeirantes, con el fin de hallar zonas ricas en oro y diamantes. La región que más aportó a estos fines, fue la de Mina Gerais, que atrajo a gran cantidad de portugueses a la zona seducidos por las ansias de riqueza.

En el siglo XIX los inmigrantes portugueses se asentaron en las zonas urbanas, mientras que alemanes e italianos tuvieron por destino las tareas rurales.