Historia

Luis IX

Publicado por Hilda

Luis IXNació en la comuna francesa de Poissy, el 25 de abril del año 1214. Fueron sus padres, el futuro rey de Francia Luis VIII, y Blanca de Castilla. Nació durante el reinado de su abuelo paterno, Felipe II, de Francia, y de su abuelo materno, Alfonso VIII de Castilla que falleció el 5 de octubre de 1214.

El matrimonio de Luis y Blanca tuvo en total nueve hijos, de los cuales, el futuro Luis IX fue el segundo, por lo tanto el heredero al trono era su hermano mayor, Felipe, que falleció en el año 1218, heredando Luis, los derechos a la corona de Francia, a posteriori de su padre, que asumió el trono en el año 1123.

Profundamente religioso, generoso con los pobres, humilde, aunque autoritario a la hora de imponer sus convicciones, se incorporó a la orden de los franciscanos, destacándose por sus cualidades morales, su virtuosismo y sus prácticas religiosas estrictas, que incluían la autoflagelación.

El 8 de noviembre de 1226, la disentería provocó la muerte de Luis VIII, y Luis IX asumió la corona con tan solo 12 años, por lo cual su madre asumió la regencia, debiendo sufrir rebeliones de la nobleza, que intentaban imponerse por sobre el poder real. La regencia terminó el 5 de abril de 1234, cuando el monarca fue declarado mayor de edad.

El 27 de mayo de 1234 se casó con Margarita de Provenza, con quien tuvo 11 hijos.

Durante su reinado el poder real se vio fortalecido, en detrimento de la autoridad de los nobles feudales. Organizó el estado, estableciendo en París el centro de su administración, y creó organismos para la mejor atención de todos los planos de la vida institucional. El Consejo Real fue el encargado de los temas políticos, mientras que el Parlamento de París se constituyó en Tribunal de Justicia, y la Cámara de Cuentas, practicaba una amplia reforma tributaria.

El misticismo exacerbado del rey, no se contradecía con su vocación guerrera, típica del medioevo. Combatió contra el rey inglés Enrique III, su cuñado, ya que estaba casado con la hermana de su mujer, Leonor de Provenza, a quien venció en el año 1242, en la batalla de Tailebourg. La paz recién se consiguió en el año 1259 con el Tratado de París, por el cual Inglaterra solo logró quedarse con la Guyena, pero como territorio bajo vasallaje de Francia, mientras Francia incorporaba Turena, Anjou y Maine.

En el año 1258, firmó el tratado de Corbeil, con Jaime I de Aragón, donde Francia recuperó de la influencia aragonesa su territorio de la zona sur, salvo la plaza de Montpellier, a cambio de renunciar los derechos franceses sobre Cataluña.

El Tribunal de la Inquisición fue establecido por este rey, luchador contra toda forma de herejía, y defendió el poder del papado frente al de los emperadores defendido por Federico II, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico.

Participó en la Séptima Cruzada contra los moros, entre los años 1248 y 1254, a la que también concurrieron sus hermanos, reuniendo un total de 40.000 Cruzados. La campaña comenzó en forma exitosa, logrando tomar Damieta, el 7 de junio de 1249. Animados por el triunfo, no aceptaron la propuesta e paz del sultán, pero la inexperiencia de la geografía del lugar los hizo víctimas de la creciente del río Nilo y de las pestes. Fueron hechos cautivos de sus enemigos, al ser derrotados en Mansurah y debieron pagar abultadas sumas, y devolver la plaza ocupada, para conseguir la libertad.

Mientras tanto, en Inglaterra, Enrique III, era hostigado por la nobleza que organizó la Segunda Guerra de los Barones, cuyo líder era Simón de Montfort, cuñado del rey inglés, ya que estaba casado con su hermana Leonor. En el año 1264, el rey de Inglaterra y su hijo Eduardo, fueron arrestados, pero Eduardo logró escapar y buscar refugio junto a su madre en territorio francés, siendo apoyados por el monarca Luis IX, para restablecer al monarca cautivo de la nobleza. Simón de Montfort fue derrotado y muerto en combate, con la ayuda francesa en la Batalla de Evesham (1265). La paz definitiva llegó dos años después.

En el año 1270, su espíritu religioso le llevó a abocarse a la Octava Cruzada, junto a su hermano, el rey de Sicilia, Carlos de Anjou, coronado por el papa en el año 1265, a quien movían intereses materiales, que era conseguir liberar la ruta comercial del Mediterráneo. También colaboraron el rey Teobaldo de Navarra, y muchos miembros de la nobleza.

El 25 de agosto del año 1270, la disentería, al igual que lo había hecho con su padre, se apropió de su vida, sin poder obtener éxito en su misión como cruzado. Su hijo Felipe se convirtió en su sucesor. Fue canonizado en el año 1297 por el Papa Bonifacio VIII.