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La cultura yamna

Publicado por Hilda

Los yamnas eran pueblos nómadas de la estepa póntica, correspondiente a las estepas rusas y ucranianas (mínimamente agrícolas ya que algo cultivaban en la orilla de los ríos) y belicosos, que podemos situar cronológicamente entre los siglos XXXVI al XXIII antes de nuestra era, en la etapa prehistórica conocida como la Edad de los Metales.

Se conoce también a esta cultura como “del sepulcro” (en ucraniano y ruso, “iamna” designa un “hoyo”) ya que inhumaban sus cadáveres en túmulos. En cuanto a la forma de enterramiento de sus muertos, cavaban sepulcros y colocaban allí los cuerpos a los que cubrían con ocre, boca arriba y con las rodillas flexionadas. Hacían también un túmulo o kurgan, que era una montaña de tierra y piedras que se colocaba sobre el hoyo donde estaba depositado el muerto.

Realizaban sacrificios de animales y posiblemente de humanos que ofrecían como ofrendas.

Hace unos 5000 años habrían ingresado estos pastores a Europa occidental trayendo con ellos su cultura que podría ser la precursora del idioma protoindoeuropeo. Esta hipótesis llamada de los kurganes, sostenida en 1956 por Marija Gimbutas, una arqueóloga lituana, afirma que las migraciones de estos pastores se hicieron en masa arribando y conquistando el sur asiático y el oeste y centro de Europa, y así impusieron su lengua y el resto de sus rasgos culturales. En los inicios de la historia según esta teoría, integraban familias patriarcales, se dedicaron a la agricultura y a la pesca, y construyeron fortificaciones.

Otros consideran a la cultura yamna como la antecesora solo de los indoiranios, habitantes del subcontinente indio.

Aparentemente fueron los primeros en comercializar el cannabis en Europa, de acuerdo a una investigación de científicos alemanes.

Además de su notable influencia lingüística y cultural, la cultura yamna también se destacó por sus avances tecnológicos y sociales. Fueron pioneros en el uso de carros tirados por caballos, lo que les permitió una mayor movilidad y eficacia en sus desplazamientos y actividades bélicas. Este desarrollo tecnológico no solo facilitó sus migraciones, sino que también les otorgó una ventaja estratégica en sus conquistas y en la expansión de su cultura.

La estructura social de los yamnas era compleja y jerárquica. Las familias patriarcales eran la unidad básica de la sociedad, y el liderazgo recaía en los ancianos y guerreros más experimentados. La riqueza y el estatus social se medían en gran parte por la posesión de ganado, especialmente caballos, que eran un símbolo de poder y prestigio.

En cuanto a su vida cotidiana, los yamnas eran expertos en la metalurgia, especialmente en el trabajo con el cobre y el bronce. Fabricaban herramientas, armas y adornos que no solo eran funcionales, sino también estéticamente elaborados. Estos objetos han sido hallados en numerosos yacimientos arqueológicos, proporcionando una visión detallada de su habilidad y artesanía.

La religión y las prácticas espirituales también jugaban un papel central en la vida de los yamnas. Además de los sacrificios, se cree que tenían un complejo sistema de creencias que incluía la adoración de deidades relacionadas con la naturaleza y los elementos. Los túmulos o kurganes no solo servían como tumbas, sino también como monumentos religiosos y centros de culto.

La expansión de la cultura yamna tuvo un impacto duradero en las sociedades europeas y asiáticas. Su legado puede rastrearse en la evolución de las lenguas indoeuropeas, en las prácticas agrícolas y en las estructuras sociales de las civilizaciones posteriores. La influencia de los yamnas es un testimonio de su capacidad para adaptarse, innovar y dejar una huella indeleble en la historia de la humanidad.

En la actualidad, los estudios genéticos han confirmado la presencia de marcadores yamnas en poblaciones modernas de Europa y Asia, lo que subraya la importancia de sus migraciones y su contribución al acervo genético de estas regiones. La investigación continua sobre esta fascinante cultura sigue revelando nuevos aspectos de su vida y legado, enriqueciendo nuestra comprensión del pasado y de las raíces de la civilización moderna.