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El Muro de Berlín

Publicado por María Celia

muro-gris.jpgTambién mencionado como “Muro de la Vergüenza”, el muro de Berlín fue levantado en el año 1961 y derruido en 1989. Durante casi 30 años la República Democrática Alemana o Alemania Oriental y la República Federal Alemana, estuvieron enfrentadas a través de la guerra fría, formando dos bloques.

Autoridades Soviéticas dijeron que dicho muro se levantó para evitar un posible espionaje con el fin de alterar el orden reinante en Alemania del Este. Lo cierto es que miles de empleados calificados cruzaban a Alemania Occidental con el objeto de obtener mejores condiciones laborales y alcanzar cierta prosperidad personal. La égida repercutió notablemente en la economía de Alemania Oriental que perdió, aproximadamente, entre 2 y 3 millones de habitantes.

Hacia 1950 las fronteras entre Berlín del Este y Berlín del Oeste eran difíciles de controlar, ya que constituía una puerta hacia Occidente y el paso no estaba cerrado. Sólo en las primeras dos semanas el bloque comunista perdió cerca de 50.000 personas. Del mismo modo, estaban los Grenzgänger, trabajadores de Berlín Oriental, quienes vivían y trabajan en Berlín Oeste, aprovechando las condiciones económicas favorables que les ofrecía la parte alemana menos próspera.

La RDA planeó la construcción del muro en el más absoluto silencio. Los trabajos fueron dirigidos y llevados a cabo por Deutsche Volkspolizei (policía popular alemana) en conjunto con el Ejército Nacional Popular, encargados de vigilar que no hubiera tráfico de gente.

El Volkskammer (la Cámara del Pueblo) que sesionaba desde 1949 apoyó las decisiones de Moscú y entre el 12 y el de agosto de 1961 se ejecutó la construcción completa del muro, sostenido por un despliegue militar debido al temor de un posible combate de la parte aliada. Los medios de transporte que comunicaban ambos lados fueron detenidos. Más tarde, las líneas de tren continuaron funcionando sin parar en las estaciones de la Alemania Oriental.

Los aliados, por su parte, fueron tímidos en su reacción instantánea. El canciller de la RFA pidió calma a todos los habitantes, anunció medidas a tomar y en principio, no hubo un enfrentamiento enérgico. Desde Estados Unidos se promulgaron en contra del muro pero también ratificaron que era menos nocivo que una guerra.

Finalmente, la “cortina de acero” , vino a ratificar el statu quo entre los dos bloques. Llevó años de negociación lograr que habitantes de la Alemania Occidental pudieran visitar a sus parientes del otro lado. Dicha política de aproximación fue ejercida hacia 1970 por Willy Brandt (Canciller de Alemania Occidental ) y Eric Honecker (líder de la RDA). Los acuerdos entre ambos bandos no prosperaron porque la RDA ponía como condición la de ser reconocida como estado soberano, algo que la RFA refutó.

La construcción inicial de 120 kilómetros de largo hecha de alambre fue mejorándose hasta su mejor versión de hormigón armado de 1975, con una altura máxima de 3,60. Estaba fuertemente protegida por cables electrificados, alarmas, minas, 300 torres de vigilancia y trincheras para evitar el paso de automóviles.

Durante esos 28 años, fueron muchas las personas que terminaron muertas por intentar cruzar al lado occidental. El 10 de noviembre de 1989, fecha recordada como die Wende (El Cambio), el muro fue derribado y la nación alemana, unificada. Los problemas que traería dicha unificación corresponderían al cómo podría Alemania Occidental absorber a los refugiados, ocasionando cuestionamientos y disconformidades posteriores de los mismos ciudadanos. Si bien la unificación repercutió notablemente en la economía de Alemania, quienes siempre habían vivido en Alemania de este, mantuvieron su lugar de residencia.

En el período posterior a la caída del muro, la Alemania unificada enfrentó numerosos desafíos, incluyendo la integración de dos economías y sistemas sociales muy diferentes, la modernización de la infraestructura de la antigua Alemania Oriental y la superación de las divisiones culturales y psicológicas que persistían entre los alemanes del este y del oeste. A pesar de estos desafíos, la unificación de Alemania ha sido en gran medida un éxito, con la economía alemana emergiendo como una de las más fuertes de Europa.

El Muro de Berlín, a pesar de su desaparición física, sigue siendo un potente símbolo de la división ideológica y política que caracterizó la Guerra Fría. Su caída marcó el comienzo del fin de esta era y el inicio de un nuevo período de cooperación y diálogo entre las naciones del este y del oeste.

Actualmente, cantidad de turistas quieren conocer el lugar exacto de localización del muro y para ello existe un GPS que los conduce al sitio más palpable de la Guerra Fría. En el lugar donde una vez estuvo el muro, ahora se encuentra el East Side Gallery, una galería de arte al aire libre que presenta murales pintados por artistas de todo el mundo en lo que queda del muro. Este sitio se ha convertido en un importante destino turístico y un recordatorio de la historia reciente de Alemania y del mundo.