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Paul von Hindenburg

Publicado por María Celia

170-hinden.jpgPaul Ludwig Hans Anton von Beneckendorff und von Hindenburg, conocido como “El vencedor de Tannenberg” por su actuación en la Primera Guerra Mundial, nació el 02 de octubre de 1847 en la localidad de Posen (actual Poznan) y falleció el 02 de agosto de 1934. Fue el último presidente de la República de Weimar. Posteriormente, comenzó la etapa de la Alemania nazi o Tercer Reich, con Adolf Hitler como máxima autoridad o Fürer.

De tradición castrense y de origen aristocrático, su familia gozó de grandes extensiones de tierras en la antigua Prusia. Realizó sus estudios en la Escuela de Cadetes de Wahlstatt, graduándose en el año 1832. Participó en la Guerra de las Siete Semanas en la que Prusia derrotó a Austria y , posteriormente, en la Guerra Franco-Prusiana (1870-1871), éxito que permitió la unión de todos los territorios alemanes, dando lugar a la formación del Imperio Alemán (o Segundo Reich).

Retirado del ejército a los 64 años, se reincorporó para participar en la Primera Guerra Mundial. Venció al ejército ruso en la Batalla de Tannenberg, de ahí su apodo, que lo elevó a la categoría de protagonista entre los alemanes.

Antes de finalizada la guerra, en 1916, pasó a formar parte del Estado Mayor que luego abandonó en 1918 en ocasión del Pacto de Versalles, que rechazó por considerarlo una traición a su país: Alemania había vencido en el campo de batalla, la derrota se había producido por la Revolución de Noviembre, en ocasión del levantamiento de la flota de marineros quienes se negaron a zarpar hacia el Mar del Norte para enfrentarse contra los ingleses en la última batalla. La noticia tomó difusión en toda Alemania y el Káiser Guillermo II tuvo que abdicar. El resultado de la revuelta fue la instauración de la República de Weimar, de la que Hindenburg fue el segundo y último presidente a partir de 1925.

De ideales monárquicos, gobernó ateniéndose a la constitución de la República. En 1932 se presentó a elecciones presidenciales y volvió a ganar, derrotando en las urnas a Adolf Hitler, su principal opositor, quien más tarde asumió como canciller en el 1933. El partido nazi había conseguido varios asientos en el Parlamento y su apoyo era necesario para que su gestión sea fuerte.

Tras el incendio del Reichstag, firmó una serie de decretos en los que se suprimían ciertos derechos fundamentales a los judíos y, posteriormente, otro que le proveía poderes extraordinarios al futuro Fürer.

Murió el 02 de agosto de 1934 a los 87 años, aquejado por demencia senil. Su cuerpo fue inhumado en el monumento de la Batalla de Tannenberg. Durante la Segunda Guerra Mundial, sus restos, junto con los de otros próceres alemanes, fueron escondidos por los nazis. Finalizada la guerra, soldados americanos dieron con ellos y los trasladaron a Marburgo (Estado Federal de Hesse) y enterrados en la iglesia de Santa Isabel.