Historia

Los Mamelucos

Publicado por Joaquín

Soldado MamelucoComo muchas veces en la historia, un cuerpo militar formado en un principio por esclavos, llegó a alcanzar un poder tal que acabó dominando el país que los había capturado para servirse de ellos.

Este es el caso de los mamelucos, una unidad de elite que formaba parte del ejercito egipcio a partir aproximadamente del S. XII. Capturados por los genoveses, procedían en su mayoría de Asia Central y de la zona del Caúcaso, estando prohibido que ninguno fuera de una raza diferente a la blanca.

Los mamelucos recibían una estricta formación militar, en escuelas de El Cairo y, una vez finalizada, adquirían la condición de hombres libres, aunque bajo obligaciones casi feudales hacia sus señores.

Entre estos mamelucos destacaban los que eran admitidos en la Casa Real, los mamelucos reales, una autentica elite entre los capturados y que guardaban obediencia al mismo Sultán.

De esta forma, los mamelucos fueron introduciéndose cada vez más en la corte, creado un autentico poder paralelo al de los sultanes. Su momento llegó tras el ataque de Luis IX a Egipto durante las cruzadas. Este ataque, en el que los cristianos lograron tomar Damieta, coincidió con la muerte del Sultán al Salih, de la dinastía ayyubi reinante en esos momentos (1249).

Su esposa, intentado que su pueblo y su ejercito no se desmoralizase al quedar sin mando supremo durante esa crisis, falsificó un testamento de su marido. En el, el fallecido sultán nombrada heredero a su hijo y comandante del ejercito a un mameluco, Fakhar ad-Din.

La artimaña salió bien y la dirección militar de ad-din logró, no solo conjurar el peligro, sino también capturar al propio rey franco, que tuvo que pagar un oneroso rescate además de devolver Damieta.

Sin embargo, los movimiento políticos no iban a quedar ahí. El hijo y heredero del sultán fue acusado de cobardía, según algunos historiadores por su propia madre. Está, asumió el poder y se casó con otro comandante mameluco.

Tras algunos años, la sultana abdicó y Mansur Aybak, el marido mameluco, se convirtió en sultán, dando origen a la primera dinastía mameluca de Egipto.

Lo cierto es que, a pesar de la propensión a las intrigas palaciegas, que hicieron que la mayoría de los sultanes de ese origen murieran asesinados, sus mandatos fueron bastante fructíferos para el sultanato. Cincuenta y cuatro mamelucos llegaron a ostentar el poder, divididos en dos etnias: los bahríes (turcos) que ostentaron el cargo hasta 1382 y los buyíes (caucasianos), que duraron hasta 1517.

Bajo su mandato, los mamelucos consiguieron primero, detener el avance de los mongoles, que amenazaban las posiciones árabes en Medio Oriente. Fue el Sultán Ruknuddin Baibars el que se tuvo que enfrentar al poderoso ejercito asiático, así como a los cristianos. A estos últimos les arrebató varias posesiones en Tierra Santa, como el Krak de los Caballeros o Haifa y Antioquía.

A su muerte, en el 1277 accedió al trono el Sultán al-Alfil. De nuevo tuvo que rechazar a los mongoles, que se habían aliado con armenios y con los Caballeros Hospitalarios. Con él, el sultanato culminó prácticamente la reconquista de Siria, que incorporó a su reino. Al-Alfil reconstruyó Alepo y Damasco y, tras su muerte, su hijo terminó su tarea conquistando Acre en 1291.

Tras años de relativa calma, Egipto sufre en 1341 una terrible epidemia de peste negra, que diezmó a su población y marca el inicio de su decadencia, coincidiendo prácticamente con el cambio de dinastía entre los sultanes mamelucos.

Los buyíes, de origen ciscarciano, gobernaron hasta 1517, pero fue la suya una época bastante más convulsa en la política interior, sin la brillantez de sus antecesores.

Tan solo podemos contar en su haber, la conquista de Chipre por parte del sultán Saif ad-Din, ya en el S.XV, así como el mantenimiento de Siria a pesar de los numerosos ataques que sufrieron.

Por fin, en 1517, el empuje del Imperio Otomano acaba con el sultanato egipcio. Selim I, invade el país en 1517, integrando Egipto en el nuevo Imperio.