Los emperadores romanos
El Imperio Romano comenzó en el año 27 a. C. con la asunción del emperador Augusto, título dado por el Senado, cuyo nombre real era Cayo Iulius Caesar Octavianus. Con este emperador se inicia la etapa conocida como Alto Imperio y la dinastía Julio-Claudiana. Fue sucedido por el emperador Tiberio en el año 14. En el año 37 asumió Calígula, denominación que adquirió por las botitas que usaba de niño (caligae). Lo reemplazó Claudio en el año 41, asumiendo Nerón en el año 54, quien gobernó hasta el año 68. Entre los años 68 y 70 se sucedieron Galba, Otón y Vitelio. El año 69 es conocido como el Año de los Cuatro Emperadores, pues se sucedieron Galba, Otón, Vitelio y Vespasiano. Con la victoria de Vespasiano se consolidó la dinastía Flavia y se restauró la estabilidad.
La dinastía de los Flavios gobernó entre los años 69 a 96, con Vespaciano, Tito y Domiciano.
Al asumir el emperador Nerva (96-98) comenzó la dinastía de los Antoninos. Le sucedieron: Trajano, Adriano, Antonino Pío, Marco Aurelio, Lucio Vero y Cómodo, cuyo reinado terminó en el año 192.
En el año 193 comenzó el reinado de los emperadores africanos y sirios, que se extendió hasta el año 235. Estos fueron: Pertinax, Didio Juliano, Pescenio Niger, Clodio Albino, Septimio Severo, Caracalla (que concedió la ciudadanía a todos los hombres libres del imperio) Geta, Macrino, Heliogábalo y Alejandro Severo.
A la muerte de Alejandro Severo comenzó una etapa de anarquía militar donde cada jefe de tropas se consideraba con potestad para asumir el cargo de emperador. Esta época se extendió hasta el año 268 donde hubo numerosos usurpadores y a veces convivían varios emperadores simultáneos: Maximino, Gordiano I, Gordiano II, Balbino, Gordiano III, Filipo, Decio, Galo, Volusiano, Emiliano, Valeriano, Galieno, Póstumo, Victorino y Tétrico.
Los emperadores ilirios comenzaron a gobernar el imperio en el año 268 con la asunción de Claudio II. Le sucedió Quintilo dos años más tarde, pero reinó solo durante un mes. Aureliano asumió en el año 270 y gobernó hasta el año 275. Aureliano derrotó al reino de Palmira en 272, capturó a Zenobia y reincorporó Siria y Egipto al control imperial. En 274 venció al llamado Imperio Gálico, con lo que reunificó políticamente los territorios romanos. En esos años inició la construcción de las murallas Aurelianas de Roma, para reforzar su defensa. Fue sucedido por Tácito, Floriano y Probo, quien fue sucedido en el año 282 por los usurpadores Próculo y Bonoso Caro. Luego asumieron Numeriano y Carino.
El orden se reestableció con el reinado de Diocleciano (284-305) época en que comienza el Bajo Imperio o Dominado donde el emperador se asimiló a un Dios. Le sucedieron Maximiano (286-305), Constancio Cloro (292-306) y Galerio (292-311).
Diocleciano instituyó en 293 la Tetrarquía, con dos Augustos, Diocleciano y Maximiano, y dos Césares, Galerio y Constancio Cloro. El sistema dividió responsabilidades militares y administrativas por regiones para agilizar el gobierno.
Constantino asumió el poder luego de largas luchas por la sucesión y gobernó el Imperio unificado entre los años 306 y 337. Le sucedió su hijo, Constantino II, y luego sus otros dos hijos, Constante y Constancio II.
Constantino y Licinio promulgaron en 313 el llamado Edicto de Milán, que otorgó libertad de culto y legalizó el cristianismo. En 330 Constantino inauguró Constantinopla como nueva capital, con instituciones y palacios imperiales. La ciudad se convirtió en centro político y religioso del Imperio unificado.
Con la asunción de Teodosio el Grande (379-395) el Imperio vuelve a dividirse en Occidental y Oriental. El Occidente le fue adjudicado por Teodosio a su hijo Honorio, y el Oriente a su hijo Arcadio.
En Occidente le sucedieron a Honorio: Constantino III, Juan, Valentiniano II, Petronio, Avito, Mayoriano, Severo, Antemio, Olibrio, Glicerio, Nepote y Augustulo, quien gobernó entre los años 475 y 476, teniendo la triste gloria de pasar a la historia como el último emperador de Occidente, pues fue depuesto por las invasiones bárbaras. Rómulo Augustulo fue depuesto por Odoacro, jefe de foederati germánicos, en el año 476. Odoacro envió las insignias imperiales a Constantinopla y gobernó Italia como patricio, reconociendo nominalmente al emperador oriental Zenón. Este acto se considera convencionalmente el fin del Imperio romano de Occidente.
El Imperio de Oriente continuó su existencia sucediéndole a Arcadio: Teodosio II, Marciano, león, Zenón, Anastasio, Justino y Justiniano, que codificó el Derecho romano en el Corpus Iuris Civilis. A Justiniano le sucedieron Justino II, Tiberio II y Mauricio, quien fue derrocado el año 602 por el tirano Focas. El último emperador del Imperio Romano de Oriente o Bizantino, fue Constantino XI, que fue depuesto por los turcos, en el año 1453.