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La victoria de Eisenhower

Publicado por Pablo

EisenhowerCon las elecciones presidenciales de 1953 a la vuelta de la esquina, los americanos pusieron de manifiesto su preocupación y su estado de excitación por los acontecimientos que se sucedían sin cesar en aquella época. La guerra de Corea parecía no tener fin, el senador McCarthy crispaba los ánimos de buena parte de la nación con su cruzada anticomunista, y la guerra fría empezaba a caldear las conciencias. Por todo ello, los electores se volvieron hacia un hombre que, pese a no contar con ninguna experiencia en política, generaba confianza: el modesto general Dwight D. Eisenhower.

Como comandante de las fuerzas de la OTAN, era fácil identificarle con la resistencia a la expansión soviética, y –como algunos predecesores militares que acabaron siendo presidentes- enarbolaba las tan apreciadas virtudes militares sin el reflujo militarista que, en muchos otros, asustaba.

Eisenhower entró en política por petición del ala más moderada e internacionalista del Partido Republicano. Deseosa de negar la candidatura republicana de Robert A. Taft, el favorito de la facción más conservadora y aislacionista del partido, descubrió que las cosas no iban a ser tan fáciles como habían esperado en un principio, y decidieron por ello recurrir a una persona con el suficiente carisma como este exitoso general.

La estrategia se demostró acertada y el Partido Republicano nominó a Eisenhower, pero los moderados hubieron de contentar a los conservadores con una importante concesión: a éste lo acompañaría, como posible vicepresidente, Richard M. Nixon.

El Partido Demócrata hubo de vérselas con una ingente cantidad de contendientes que trataron de hacerse con el control tras la salida de Truman. La candidatura fue al final para gobernador de Illinois, Adlai E. Stevenson, junto con el sureño John J. Sparkman como compañero de campaña. El ingenio y la elocuencia de Stevenson convencieron a la mayor parte de la intelectualidad americana durante la campaña, pero no obtuvo tanto éxito con la gran masa de votantes. Su decisiva defensa del gobierno de Truman, muy impopular a aquellas alturas, le costó demasiado cara. Los candidatos republicanos utilizaron los malos resultados de Truman, la guerra de Corea y el avance del comunismo como temas preferidos.

Eisenhower prometió darle a la guerra “un final rápido y honorable”, y logró con éxito convencer a los votantes. Eisenhower ganó las presidenciales en todos los estados menos en nueve de ellos, con algunas incursiones en el sur, y obtuvo grandes resultados entre muchos demócratas urbanos del norte. Se convirtió, así, en el 34º Presidente de los Estados Unidos. Y en ello su carisma fue fundamental, pues su partido no logró hacerse con el control de las cámaras en las elecciones legislativas del mismo año.