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La Nobleza

Publicado por Hilda

Viviendas de los noblesEtimológicamente la palabra noble, proviene del latían nobilis, persona que se destaca por sus virtudes. Casi todas las sociedades del mundo hasta la Revolución Francesa, consideraron la existencia de categorías de personas que las hacían sobresalir del común de la población y ser merecedoras de reconocimientos y concesiones. En mundos que no se conocían entre sí en la Edad Media, como los incas americanos y los reinos feudales europeos, existían personas que integraban este estamento.

La sociedad de los primeros estados se estableció sobre la base de diferencias jerárquicas entre sus componentes. La propia Biblia hebrea reconoció al Sumo Sacerdote como alguien diferente y que no debía emparentarse con gente de inferior condición.

Nobleza era sinónimo de privilegios y de pertenecer a un orden social diferenciado y jerárquicamente superior, independientemente de las riquezas que se tuviera.

NoblezaPara pertenecer a la nobleza, debía probarse un origen real, tal como sucedía con la llamada nobleza inmemorial, derivada de los cargos nobiliarios detentados bajo el impero romano.

La nobleza de privilegio, se obtenía por concesión real, por hazañas militares o actitudes heroicas, y podía darse a la persona que se quisiera gratificar solamente o también transmitirse a sus herederos, que la adquirirían como nobleza de sangre, o sea, por descender de un antepasado glorioso.

Dentro de la nobleza también existían categorías, aunque representaban solo el 3 % de la población total. La alta nobleza, formada por condes (gobernadores de las comarcas), duques 8herederos de los gobernadores militares) y marqueses (que gobernaban en las marcas o fronteras) fueron aquellos que durante la Edad Media, se convirtieron en vasallos directos del rey, y grandes señores feudales de los campesinos que se convirtieron en sus vasallos, mientras ellos se ocupaban de pelear en defensa de sus reinos. En tiempos de paz, su vida rutinaria, aburrida y ociosa, se matizaba con actividades de cacería, pesca, y combates con espadas, en torneos.

Muchos jóvenes nobles en la Edad Media ingresaron a la orden de los Caballeros, y otros formaron parte de la nobleza cortesana.

Los nobles habitaban en castillos fortificados, rodeados de los campos donde vivían sus vasallos, y generalmente cerrados por puentes levadizos.

En la Edad Moderna, los nobles dejaron su vida en los castillos fortificados, para vivir en ciudades, en suntuosos palacios, perdiendo la autoridad política que habían tenido sobre sus reinos, que les había permitido recaudar impuestos y administrar justicia, como señores feudales, en el sistema política denominado feudalismo.

La nobleza, durante el absolutismo monárquico, estuvo asociada al nuevo aparato burocrático del estado, naciendo una nobleza cortesana, con los miembros de la más alta aristocracia, que ocupaba cargos muy bien pagos, promoviendo enormes gastos a la Corona. Los sectores inferiores de la nobleza, en cambio, no pudieron afrontar las profundas exigencias de gastos en lujos de la vida de la Corte, y empobrecidos, recurrieron para mejorar su fortuna, a emparentarse, por medio de casamientos, entre sus hijos y burgueses ricos, que pasaron a sumarse a esta clase social. En Inglaterra este sector empobrecido de la nobleza comenzó a dedicarse a actividades propias de los burgueses, siendo vistos sus miembros como nobles de segunda, conocidos como la gentry o gentleman.

Los privilegios con los que contaban los nobles, a través de todas sus épocas, pueden resumirse en los siguientes:

Eran poseedores de grandes extensiones de tierras, teniendo autoridad sobre los campesinos que trabajaban en ellas en calidad de vasallos, durante el régimen feudal. No respondían con sus bienes como garantía por sus deudas, pero sí gozaban de sus rentas.

En caso de cometer delitos, eran juzgados por tribunales especiales a cargo del rey, y ocupaban cargos en la Corte, en la iglesia, y en el ejército.

Ocupaban lugares de honor cuando asistían a las ceremonias religiosas y podían ser enterrados en las iglesias. Tenían permitido portar espadas.

La Revolución Francesa, entre sus ideales, de libertad, igualdad y fraternidad, repudió la idea de la existencia de personas de situación privilegiada, consagrando la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, dictada por la Asamblea Nacional en 1789, que todos los hombres “nacen y permanecen libres e iguales en derechos”. Solo se reconocieron diferencias sociales que se basaran en la utilidad de toda la comunidad.