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Las guerras campesinas

Publicado por Hilda

El contexto histórico donde se desarrollaron las guerras campesinas fue el Sacro Imperio Romano Germánico, en el siglo XVI, más concretamente entre los años, 1524 y 1526, en una sociedad influenciada por la reforma protestante. Se trataba de un Imperio donde el emperador veía peligrar su poder a partir de la creciente autoridad y facultades de los Príncipes. La sociedad estaba polarizada, representada por un lado, por los nobles, ricos y poderosos, no solo en materia económica sino también política; y los campesinos, pobres y sin derechos, sin tierras comunales, pero recargados de tributos: diezmos, impuestos aduaneros (entre las unidades productivas cada vez más pequeñas en las que se dividía el territorio) de guerra, etcétera.

Las ideas luteranas habían calado hondo en Alemania, y su líder, Lutero, lo era tanto de los Príncipes como de los campesinos, queriendo estos últimos liberarse de las presiones fiscales y de las condiciones feudales en las que vivían, pues principalmente la zona sur estaba dividida en pequeños feudos.

Los campesinos tomaron al pie de la letra los dichos de Lutero que al único que se le debe obediencia es al Señor de los cielos y no al feudal, a quien no dudaron en exigir que se les reconociera algunos derechos, especialmente limitar sus cargas y presiones fiscales. Los que lideraron la guerra no eran en realidad los pobres campesinos, analfabetos y sojuzgados, sino los artesanos y jueces rurales que convencieron a los más pobres en esta lucha que pasó a llamarse “Revolución del hombre común”.

El conflicto estalló primero contra la liga de Suabia. Los campesinos, agrupados en tres bandas, redactaron sus peticiones y condiciones en un memorándum, reunidos en la ciudad de Memmingem. El documento es conocido como “Los doce puntos de Memmingem”, para evitar la rebelión. No fueron aceptados esos pedidos, y los campesinos se sublevaron, con fuerzas muy dispares, ya que eran unos 200.000 hombres contra el ejército imperial, que no tardó en reprimirlos.

Este movimiento campesino, que comenzó en el sur del Imperio, pronto se extendió hacia la zona oeste y central, abarcando también algunas partes de Austria y de Suiza.

Uno de sus principales líderes fue Thomas Münzer, discípulo de Lutero, perteneciente a la corriente del anabaptismo, célebre por el discurso que pronunció el 13 de julio de 1524, en el castillo de Allstedt, conocido como “Sermón ante los príncipes”, donde expuso que la espada de los príncipes, puede serles quitada si no cumplen su papel en forma correcta. Fundó la “Liga de los elegidos”, una organización revolucionaria y clandestina en pos de las reivindicaciones campesinas.

Un opositor ferviente a la guerra campesina, fue el propio Martín Lutero, que alentó a los príncipes alemanes a reprimirlos, considerando que estaban endemoniados, pues para él, la Biblia no alentaba la igualdad social, sino por el contrario, establecía un orden desigual, igualados solo en el plano espiritual.

De los 300.000 campesinos que participaron en la guerra, un tercio de ellos murieron. Münzer, fue decapitado el 27 de mayo de 1525, tras ser torturado.