Leopoldo Fortunato Galtieri
Leopoldo Fortunato Galtieri (1926-2003) fue el último presidente de facto que tuvo la República Argentina, y bajo su mando, que se extendió entre diciembre de 1981 y junio de 1982 se intentó infructuosa y dramáticamente, recuperar las Islas Malvinas.
Galtieri nació en Caseros, provincia de Buenos Aires un 15 de julio del año 1926. Se graduó en el año 1949, en la tristemente célebre “Escuela de las Américas” fundada en 1946 en Panamá donde se entrenaba a los soldados de América Latina, con instrucciones desde Estados Unidos, en técnicas de tortura e inteligencia militar para luchar contra los movimientos subversivos.
En 1975 se lo nombró Comandante del Cuerpo de Ingenieros. En el año 1976 integró el grupo de militares que derrocaron a la Presidente María Estela Martínez de Perón (Isabelita) y que iniciaran el llamado Proceso de Reorganización Nacional. En 1977 logró ser ascendido a General de División y dos años después, llegó a ser Teniente Coronel.
La Junta Militar lo designó Presidente de la nación cuando finalizaba el año 1981 y el 2 de abril de 1982 fue el responsable de enviar a un ejército conformado por soldados inexpertos y mal protegidos a las Islas Malvinas, en un intento desesperado para mantenerse en el poder, tras la angustiante crisis económica, y moral que amenazaba su gestión. Su ministro de economía Roberto Alemann no hizo más que continuar la política neoliberal de restricción de los gastos públicos, congelamiento de vacantes a empleos estatales y de salarios, amén de muchas privatizaciones, crisis a la que no escapó el sector privado, especialmente el industrial.
La Guerra de Malvinas solo logró acelerar su desprestigio ya que el 14 de junio de ese mismo año los argentinos se rindieron incondicionalmente tras haber sufrido terribles pérdidas humanas y materiales. Tres días luego de la derrota, el 17 de junio, Galtieri presentó su renuncia ante la junta Militar.
Vuelta la democracia, el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, lo condenó por su actuación en el terrorismo de Estado con cadena perpetua, y a 12 años como responsable del fracaso de la invasión a las islas. Esto sucedió en 1986, siendo convalidada la sentencia por la justicia civil en 1988, perdiendo su cargo en la milicia.
En 1989 fue liberado gracias al indulto del presidente democrático Carlos Menem que le devolvió su grado militar. En 1997 se ordenó su captura internacional, pidiéndose desde España su extradición. En julio de 2002 su causa fue reabierta y sufrió prisión preventiva pero con arresto domiciliario. Su salud se deterioró debido al progreso de un cáncer prostático que acabó con su vida al provocarle un paro respiratorio el 12 de enero de 2003.
