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José María Gil-Robles

Publicado por Hilda

José María Gil RoblesNació en Salamanca, el 27 de noviembre de 1898. Era hijo del abogado Enrique Gil Robles, de quien heredó su vocación por las leyes. Estudió en la Universidad de Salamanca donde obtuvo la Licenciatura en Derecho en 1919, doctorándose en la Universidad Central de Madrid.

Ferviente católico, participó en organizaciones religiosas, políticas y sociales. Por escaso tiempo, se desempeñó como Profesor de Derecho Político en la Universidad de La Laguna (1922) en Santa Cruz de Tenerife (Islas Canarias).

Regresó a Madrid donde fue redactor del periódico “El Debate” de ideología católica y conservadora, y Secretario de la Confederación Nacional Católico Agraria, en el mismo año (1922).

Ingresó en el Partido Social Popular, presidido por Ángel Ossorio y Gallardo. Durante su tiempo en este partido, Gil-Robles demostró una habilidad única para el debate y la oratoria, lo que le permitió ganar influencia y respeto entre sus compañeros de partido.

El 13 de septiembre de 1923, tras el golpe de estado, se instauró la dictadura del general Miguel Primo de Rivera, quien realizó una reforma administrativa con la colaboración de José Calvo Sotelo, quien trató de dar mayor autonomía a los municipios, para lo cual se redactó en 1924 el Estatuto Municipal, en el que colaboro Gil-Robles.

En 1931, fue elegido diputado por el Bloque Agrario, en los primeros comicios celebrados durante la Segunda República. Fue en las Cortes Constituyentes, miembro de la Comisión Redactora de la Constitución de 1931, oponiéndose al carácter anticatólico de la misma.

El Partido Social Popular, se convirtió en 1931, en Acción Nacional, bajo el impulso de Herrera Oria, que pasó a llamarse un año después, Acción Popular. Gil-Robles comenzaba a destacarse en su participación dentro de este partido de derecha. Al contrario de otros miembros, que se manifestaban anti-republicanos, a Gil-Robles no le molestaba si el estado era organizado bajo la forma monárquica o republicana, aunque prefería la primera, siempre que se respetaran los derechos de la iglesia, y se buscara la justicia social desde la moralidad cristiana, con respeto a la dignidad humana.

En 1933, Gil-Robles se convirtió en el líder de la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA), una coalición de partidos de derecha que se formó en respuesta a las políticas anticlericales del gobierno de la Segunda República. El 4 de marzo de 1933, ante las medidas anticlericales tomadas por el gobierno de la Segunda República, los partidos católicos de derecha, entre ellos, fundamentalmente, Acción Popular, integraron la CEDA. En las elecciones de noviembre de ese año, resultaron victoriosos, aunque solo lograron de los 450 escaños, la cantidad de 115, lo que no les aseguraba la mayoría, por lo que debieron pactar con quien presidía el gabinete, el radical, Alejandro Lerroux. En las sesiones del 19 de diciembre de 1933, solicitó llegar a un acuerdo con la iglesia, que tan duramente castigaba la Constitución de 1931.

En octubre de 1934, la izquierda organizó una revolución contra la CEDA, sobre todo en Asturias, ya que habían conseguido tres ministerios, y esto amenazaba la continuidad de la Segunda República. El alzamiento fue violentamente reprimido por el ejército

Gil-Robles fue designado Ministro de Guerra el 6 de mayo de 1935, donde comenzaron a tomar protagonismo, al darle cabida dentro del ejército, a quienes serían los líderes de la posterior guerra civil, entre los cuales se hallaba Francisco Franco. Lerroux fue reemplazado en septiembre de 1935 por Joaquín Chapaprieta.

En las elecciones de febrero de 1936, se consagró vencedor el Frente Popular, de ideología de izquierda, por lo cual Gil Robles se convirtió en líder de la oposición en el parlamento, donde también comenzó a surgir una figura que pronto descollaría en la derecha: José Calvo Sotelo, que exigió el restableciendo del orden público, amenazando con la intervención del ejército si fuera necesario. Sus días concluyeron cuando fue asesinado, en el mes de julio por militantes socialistas.

Ante esos acontecimientos Gil-Robles se exilió en Francia, donde se le negó residir por orden del Primer Ministro francés, el socialista, Léon Blum, y debió radicarse en Portugal.

Apoyó desde el exilio a Franco, durante la Guerra Civil Española, pero luego de ésta no obtuvo ningún cargo político. Se declaró partidario de la Monarquía, y formó parte del consejo del pretendiente monárquico don Juan de Borbón, llegando a un pacto con el socialista Indalecio Prieto para este fin, en 1948, llamado Pacto de San Juan de Luz.

Retornó a España en 1953, donde cambió su ideología por la antifranquista. Participó en el contubernio de Munich, en 1962, destinado a acabar con el gobierno del dictador Franco, por lo que fue desterrado. Regresó a España, donde continuó apoyando a diversos opositores al régimen dictatorial del general Franco.

En 1968 ingresó como docente en la Universidad de Oviedo y plasmó su accionar político y las causas que llevaron a la Guerra Civil, en su libro, escrito ese mismo año, “No fue posible la paz”, donde se mostró contrario a toda forma de violencia, alegando desconocimiento de los preparativos de los sucesos que enlutaron a su patria.

En 1975 falleció el general Franco, y comenzó la transición española hacia la democracia. Escribió “La monarquía por la que luché”, alegando que Dios confería el poder al monarca, comenzando nuevamente su vida política integrando junto a Joaquín Ruiz-Giménez una alianza partidaria, Federación de la Democracia Cristiana, que perdió en las elecciones de 1977.

Dos de sus hijos continuaron su labor política: José María desde el Partido Popular llegó a ser presidente del Parlamento Europeo y Álvaro, fue Defensor del Pueblo.

Falleció en Madrid, el 13 de septiembre de 1980. Su legado sigue vivo en la política española, y su influencia se puede ver en el Partido Popular, que ha adoptado muchas de las ideas y políticas que Gil-Robles defendió durante su vida.