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Los Atentados del 11 de Marzo

Publicado por Hilda

Homenaje a las víctimas de AtochaEl Jueves 11 de marzo de 2004, exactamente dos años y medio después que las Torres Gemelas se derrumbaran, dejando a la humanidad atónita ante tanto dolor y destrucción causados por obra humana, el espectáculo dantesco volvió a repetirse. Fue un día fatídico para la comunidad española y para el mundo entero, cuando poco antes de las 8 de la mañana, exactamente a partir de las 7.37 hs. diez mochillas cargadas de explosivos, estallaron en cuatro trenes, en las cercanías de la capital, y dejaron un saldo oficial de 191 muertos y 1841 heridos.

Tres bombas más no pudieron concretar su objetivo. Dos de ellas fueron detonadas por la policía, y una tercera, desactivada. En la estación Atocha estallaron tres (una que no detonó fue desactivada, y permitió conocer el tipo de explosivo usado y señaló un camino hacia la búsqueda de los culpables) otras cuatro en un tren que desde el sur se dirigía hacia Atocha. En la estación El Pozo, en los suburbios de Vallecas detonaron dos, y una en Santa Eugenia (Vallecas).

Los afectados por la explosión fueron derivados a centros hospitalarios de Madrid, que pusieron en funcionamiento el plan de emergencias ante catástrofes, instalándose hospitales de campaña para primeros auxilios y organizar las derivaciones.

En un principio las sospechas recayeron sobre ETA, teniendo en cuenta que un atentado similar, obra de esa organización, en la estación de Chamartín, había sido frustrado el 24 de diciembre de 2003. El 28 de febrero de 2004, se detuvo a dos personas, que a bordo de una furgoneta cargada con quinientos kilos de explosivos se dirigían a Madrid. Estos individuos eran miembros de la organización separatista vasca. Sin embargo, pronto se alzaron voces desde la oposición y desde los medios, que señalaban la posible conexión entre el atentado y la participación española en la Guerra de Irak, en cumplimiento de la amenaza que Bin Laden diera a conocer por video el 18 de octubre de 2003.

El líder político de Batasuna, partido polítido declarado ilegal, por su vinculación a ETA, declaró la no autoría de ese grupo, en el fatídico caso. El 14 de marzo se realizaban las elecciones y desde el gobierno se trataba de desvincular esa relación. El líder de la oposición, Rodríguez Zapatero, también apoyó en principio esta tesis, que se difundió internacionalmente. Incluso, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, confirmó la responsabilidad de ETA en su Resolución 1530 de 11 de marzo.

El mismo 11 de marzo, al atardecer, en Alcalá de Henares de donde habían partido tres de los trenes siniestrados, se halló una cinta comercial, en idioma árabe, dentro de una furgoneta, robada el 28 de febrero, con versículos del Corán, que en forma recurrente utilizan los terroristas para alentarse a cometer estos actos repudiables.

El mismo 11 de marzo, a las 21.30 horas, un periódico islámico con filial en Londres, recibió una carta donde responsabilizaba a las Brigadas de Abu Hafs Al Masri, en nombre de al Qaida, por los ataques, como venganza por su complicidad con Estados Unidos y Gran Bretaña, en contra del Islam.

El 12 de marzo el gobierno convocó a una manifestación contra el terrorismo que reunió a un número muy significativo de personas, la mitad de la población de Madrid, mientras el cielo lloraba, en forma de copiosa lluvia sobre la multitud, entre los que se contó al Príncipe Felipe, a las Infantas Elena y Cristina de Borbón, al Arzobispo de Madrid, Rouco Varela, el Presidente del Gobierno José María Aznar, al Presidente de la Comisión Europea Romano Prodi, al Primer Ministro francés Jean-Pierre Raffarin, al Primer Ministro italiano Silvio Berlusconi, al Primer Ministro portugués José Manuel Durão Barroso y a los ministros de Relaciones Exteriores de Alemania, Suecia y Marruecos. En otras localidades españolas, se produjeron similares manifestaciones.

El Sábado 13 de marzo, apareció un video comunicado por la cadena de televisión Tele-Madrid al 091, y al día siguiente, el ministro de interior dio a conocer su contenido, donde un hombre con acento marroquí, llamado «Abu Dujan al Afgani» portavoz militar de Al-quaeda en Europa, como él mismo se presentó, reivindicó el atentado. El propio ministro del Interior, Angel Acebes, sostuvo, entonces, que no debía descartarse que la autoría correspondiera a organizaciones islámicas.

La tarde del Sábado 13 de marzo, mientras se hallaba vigente la jornada de reflexión electoral, se realizaron las primeras detenciones: Tres ciudadanos marroquíes, uno de los cuales, de nombre Jamal Zougam, fue sindicado como uno de los autores materiales, y dos indios. La presunta responsabilidad de los mismos surgió de la inspección de la mochila que no alcanzó a explotar, que los denunció como los encargados de la falsificación y venta del móvil de tarjeta, que en ese bolso se halló. Todos los artefactos que detonaron lo hicieron accionados por la alarma o vibración de teléfonos móviles.

La investigación se centró en el tipo de explosivo utilizado, ya que ETA usaba habitualmente, “Titadine”. Los resultados arrojaron que se empleó “Goma-2 ECO “, y detonadores distintos a los que acostumbraba a usar ETA.

El día previo a las elecciones (13 de marzo) la gente se manifestó espontáneamente en contra del gobierno por el ocultamiento de datos y por haber señalado erróneamente a la ETA como autora. Se usaron para difundir y unificar la protesta además del boca a boca, SMS, MSN, cadenas de Mails, foros de discusión y blogs, que alentaban la propuesta. Si bien ante la denuncia del PP, la Junta Electoral central, declaró ilegales esas actitudes, en un día de reflexión, donde no pueden emitirse opiniones políticas, la finalidad de hacer crecer el descontento en la opinión pública estaba cumplido.

En las elecciones del día 14 de marzo, la gente mostró su desconfianza sobre el manejo de la información con respecto a los atentados por parte del oficialismo, un gobierno que fue tildado por la oposición como mentiroso, lo que le costó al partido oficialista la derrota en las urnas.

El 3 de abril, en la localidad de Leganés fueron hallados varios de los responsables, quienes se atrincheraron en su departamento que fue tomado por asalto por el grupo GEO. Para evitar ser capturados, volaron el piso, muriendo en el hecho todos los terroristas, y un policía.

Terroristas islámicos locales, inspirados en Al Qaeda fueron procesados por el hecho, en una controvertida causa a cargo del Juez Juan del Olmo, aunque el presidente Aznar, responsable del ejecutivo en ese momento sigue negando la autoría del fundamentalismo islámico. La primera condena, de los 29 procesados, data del 16 de noviembre de 2004, contra un menor español de 16 años. Según el Juez, la responsabilidad por los hechos corresponde al Grupo Islámico Combatiente Marroquí (GICM). Se excluyó toda vinculación con ETA, y se dispuso indemnizar a las víctimas, con cifras entre treinta mil, y un millón y medio de euros.

El 11 de marzo fue declarado “Día de las víctimas del terrorismo” por el Parlamento Europeo.

En enero de 2007 se llevó a cabo la operación Sello II, donde se detuvieron seis personas (en la priemra se habían detenido cinco) acusadas de colaboración en los atentados, luego de una investigación realizada en Barcelona, Tarragona, Girona, Cádiz y La Coruña. Uno de ellos, Kamal Ahbar, Ahbar realizó un relato pormenorizado de los prolegómenos y la autoría de los hechos, dejando de lado la implicación de Al Qaeda en Irak. Designó como autores a los siete suicidas del piso de Leganés, a Mohamed Afalah, y a Daoud Ouhnane que huyeron y supuestamente murieron en Irak en el 2005. Agregó otra persona implicada de la que nunca se había hablado, llamada Elías El Harrachi.

El 31 de octubre de 2007, se llegó a una sentencia. El Tribunal estuvo conformado por Javier Gómez Bermúdez (presidente), Alfonso Guevara y Fernando García Nicolás, luego de escuchar a 309 testigos y 71 peritos. Tres de los ocho sospechosos más comprometidos fueron condenados más allá del tiempo de su propia vida, aunque en la práctica no serán más de 40 años. Ellos son: Quien entregó los explosivos, José Emilio Suárez Trashorras, que era confidente policial, a 35.000 años, al autor material de una de las explosiones, Jamal Zougam, y a uno de los responsables del terrorismo local Otham El-Gnaoui. Los dos últimos a 40.000 años.

A 12 años de prisión, fue condenado Youssef Belhadj, miembro y portavoz de la red terrorista. A Abdelmajid Bouchar, le correspondieron 15 años, como autor material. La misma pena le fue adjudicada al marroquí Hassan Al Haski, y 10 años al confidente policial y entregador de explosivos, Rafa Zouhier.

Fueron absueltos: Antonio y Carmen Toro, Emilio Llano, Mohamed Moussante, Javier González Díaz, Iván Granados, y sorprendentemente, el supuesto autor intelectual, Rabei Osman, «El Egipcio».

José Luis Rodríguez Zapatero, se mostró conforme, no así su opositor Mariano Rajoy, por la falta de condena a numerosos procesados con gran participación, manifestando que apoyará cualquier otra investigación de los hechos.