Eje del Mal
El término Eje del Mal fue acuñado por el Presidente de los Estados Unidos, George Bush (hijo), en un discurso ante Las Naciones Unidas el 29 de enero de 2002 para referirse a los regímenes que apoyaban, según él, el terrorismo, haciendo peligrar gravemente la seguridad internacional, las democracias y los derechos humanos de los ciudadanos.
La expresión tiene su paralelo en la calificación que recibió la Unión Soviética que, dentro del marco de la Guerra Fría, fue denominada por Ronald Reagan como el Imperio del Mal.
Tras los atentandos del 11 de septiembre de 2001 adjudicado a la red terrorista Al-Qaeda, Estados Unidos vio vulnerada la seguridad de su propio país y, más aún, del capitalismo occidental. De esta manera, comenzó una persecución que derivó en la Invasión de Irak y finalmente, el derrocamiento de Saddam Hussein, acusado de colaborar con el terrorismo y de fabricar armas nucleares y biológicas de destrucción masiva, convirtiéndose en una amenaza para Occidente y sus propios ciudadanos.
Los países acusados de integrar el Eje fueron, Irak, Irán, Corea del Norte, Libia, Siria y, más tarde, Cuba.
Cabe mencionar que la primera medida acuñada por Estados Unidos fue la invasión a Afganistan en octubre de 2001, acusada de proteger a Osama Bin Laden y de negarse a entregarlo.
Parte de los analistas políticos internacionales que no apoyaron la iniciativa del Presidente americano presentado como el salvador del mundo, pronosticaron que tras el ataque del 09/11, Estados Unidos encontró la excusa que lo libró para hacer efectiva la invasión de Irak , no avalado por Naciones Unidas, ya planeado de antemano. Asimismo, lo que no se pronunció en ningún discurso fue la cuestión del dominio del petróleo, centro de la problemática entre Estados Unidos y Medio Oriente.
Asimismo, Oriente también pronunció lo que consideró llamar su Eje del Mal, constituido en este caso por la alianza entre Estados Unidos, Reino Unido e Israel.