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Neville Chamberlain

Publicado por Pablo

Chamberlain y HitlerArthur Neville Chamberlain fue un político británico, y Primer Ministro conservador entre 1937 y 1940. Si por algo se le recuerda es, sin lugar a dudas, por su inquebrantable apoyo a la política de apaciguamiento hacia el nazismo y el fascismo durante la época de entreguerras.

Nacido en Birmingham, su padre, Joseph Chamberlain, disfrutaba de un enorme prestigio político. El joven Neville se convirtió en miembro del Parlamento Británico ya en 1918, y no dejaría de serlo hasta 1940, cuando hubo de abandonar Downing Street.

Aunque su principal legado recae en la política exterior, es menos conocida su política social, y las importantes reformas que emprendió en este ámbito siendo Ministro de Sanidad -en 1923 y entre 1924 y 1929-, cuando introdujo una serie de programas de protección a gran escala, nuevas industrias e ingenierías para mejorar las condiciones de vida de la población, y una ambiciosa legislación sobre seguros para los sectores más desmercantilizados, así como pensiones.

En su etapa como Ministro de Sanidad, Chamberlain también se preocupó por la vivienda, impulsando una política de construcción de viviendas sociales que permitió a miles de familias británicas acceder a una vivienda digna. Además, impulsó la creación de hospitales y centros de salud, y promovió la formación de profesionales de la salud para mejorar la atención sanitaria en todo el país.

Sirvió también como Ministro de Finanzas –entre 1931 y 1937-, antes de reemplazar a Stanley Baldwin como Primer Ministro del Reino Unido, liderando una coalición de gobierno formada para combatir las dificultades económicas que atravesaba Inglaterra.

Su política de apaciguamiento hacia Alemania, Italia y Japón, se diseñó para posponer la guerra hasta que Inglaterra estuviera en disposición de combatir, esto es, hasta que el rearme emprendido tras la Primera Guerra Mundial estuviera terminado. Así, Chamberlain decidió que contentar a las Fuerzas del Eje sería la mejor manera de mantenerlas alejadas de una eventual invasión de Inglaterra. Con ese objetivo abandonó las saciones impuestas a Italia tras su conquista de Abisinia (Etiopía), asistió impertérrito a la anexión austríaca de Hitler, y, en los Acuerdos de Múnich de 1938, reconoció el derecho de Hitler de apropiarse de los demás territorios de habla germana.

Chamberlain regresó de aquella reunión con Hitler y dio lugar a una de las fotografías más célebres de este período: esa en la que aparece ondeando un trozo de papel, y afirmando que gracias a él estaba garantizada la paz para nuestro tiempo. Sin embargo, cuando Hitler se anexionó Checoslovaquia, Chamberlain tardó poco en ordenar la aceleración del rearme británico. Y, poco después, renunciaba públicamente a la política de apaciguamiento, a la vez que iniciaba los pasos decisivos hacia una guerra que a esas alturas parecía inevitable.

Tras la invasión alemana de Polonia, Chamberlain declaró un ultimátum a Hitlet, que resultó en la declaración de guerra a Alemania del 3 de Septiembre de 1939. Sin embargo, los fracasos aliados en Noruega, en los comienzos de la guerra, revelaron que la preparación de las fuerzas británicas dejaba demasiado que desear. Todos cargaron sus miras hacia el Primer Ministro, al que se achacó su cobardía frente a Hitler, y su abandono del ejército.

Las críticas, cada vez más fuertes, provocaron la dimisión de Chamberlain en 1940, y la subida al poder de su opuesto político dentro del Partido Conservador, alguien que había advertido durante años del peligro fascista y de la necesidad de hacerle frente militarmete: Winston Churchill.

A pesar de su dimisión, Chamberlain continuó en el gobierno como Lord Presidente del Consejo hasta su muerte en 1940. Su figura sigue siendo objeto de debate y controversia, y su política de apaciguamiento es a menudo criticada. Sin embargo, también es reconocido por sus esfuerzos para mejorar las condiciones de vida de la población británica y por su dedicación al servicio público.