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Winston Churchill

Publicado por Pablo

Winston ChurchillWinston Leonard Spencer Churchill fue el primer hijo de Randolph Henry Spencer, que había desarrollado una larga y densa carrera política en el ala progresista de los torys, manifestando en no pocas ocasiones sus firmes discrepancias con el programa oficial de su partido. Un estilo cargado de carácter e independencia que heredó Winston desde los comienzos de su carrera política.

Churchill no sobresalió como estudiante en su época en el College de Harrow, y fracasó dos veces en el concurso de ingreso para la academia militar de Sandhurst, donde al fin consiguió el diploma oficial de caballería en 1894. Su actividad periodística como corresponsal de guerra en Cuba, India, Sudán y África del Sur fue algo más que brillante, y, interesado desde siempre por la política, empezó su carrera como político en el año 1900, como diputado conservador por el distrito de Oldham.

Sin embargo, a pesar de su militancia conservadora y al igual que ocurriera con su padre, su discurso no hacía sino divergir, en muchas ocasiones, con el ala oficial de su partido. Tanto fue así que Churchill terminó pasándose al Partido Liberal, con el que defendió el Home Rule para Irlanda y la concesión de autonomía a las repúblicas bóers surafricanas. Desde 1908 y hasta 1915 fue ocupando diversos e importantes cargos, siendo Ministro de Comercio, Ministro de Interior y primer lord del Almirantazgo, puesto del que dimitió después del fracaso de la expedición de los Dardanelos –de la que había sido el principal impulsor- en 1916.

Tras haber servido como oficial en el frente francés, ocupó la cartera de municiones en Julio de 1917, durante el gobierno de coalición encabezado por Lloyd George, así como el Ministerio de la Guerra entre 1919 y 1921. En su evolución ideológico tuvo una crucial repercusión el desencadenamiento de la Revolución Rusa, y los avances del socialismo en general. Muy pronto se mostró favorable a la intervención en Rusia durante su guerra civil, apoyando el envío de soldados que pasaran a engrosar las filas del Ejército Blanco para luchar contra el Rojo de los bolcheviques.

A pesar de su afinidad ideológica, Churchill no se sentía cómodo en el Partido Liberal, al que consideraba algo indeciso en cuestiones de política internacional. En 1924 volvió al Partido Conservador, gestionando la cartera de Hacienda hasta 1929. Durante ese tiempo tomó decisiones tan polémicas como la vuelta al patrón oro en 1925, que provocó la ira de numerosos economistas, entre los que se encontraba John Maynard Keynes.

Durante los años treinta, la figura y el pensamiento de Churchill no se desligaron del ambiente político y económico de grave crisis. Se dedicó en mayor medida a la escritura, y clamó –en principio- contra el comunismo en el Parlamento. Tras unos titubeos iniciales, también inició su dura campaña contra el nazismo, aunque su valoración del fascismo italiano fue más favorable que la del nacionalsocialismo alemán. En cualquier caso acabó mostrándose contrario a la política de apaciguamiento contra Hitler defendida entre otros por su partido.

Como minoría crítica, se opuso a los acuerdos de Munich en 1938, y los acontecimientos posteriores acabaron por darle la razón. Durante la II Guerra Mundial alcanzó su cénit político como símbolo de la resistencia y del orgullo del Imperio Británico. Dirigió el gobierno de coalición desde 1940 hasta el fin de la guerra, ejecutando una política que tuvo por fin el acercamiento a Estados Unidos. A pesar de su aversión al comunismo, la invasión alemana de la URSS también le acercó a Stalin.

En 1945 Churchill perdió las elecciones frente al laborista Atlee, aunque su prestigio internacional siguió intacto. Abogó por incrementar la cooperación internacional y por consolidar la organización defensiva del Atlántico, analizó de forma brillante el contexto por venir de la guerra fría, acuñó el exitoso término telón de acero para definir la división de Europa, e incluso volvió a presidir un gobierno conservador en 1951.

Como colofón a su brillante carrera, recibió el Premio Nobel en 1953 por sus escritos históricos y políticos.