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La Independencia de Paraguay

Publicado por Pedro

Bandera de ParaguayEn la madrugada del 14 al 15 de mayo de 1811 culmina el proceso de emancipación de la intendencia de Paraguay del Virreinato de Río de la Plata y por ende de la corona de España. El proceso revolucionario auspiciado desde el exterior por las campañas bélicas del argentino Manuel Belgrano y la Junta Mayor de Buenos Aires e internamente por un grupo de militares revolucionarios liderado por Pedro Juan Caballero es la consecuencia de un largo proceso cuyos orígenes y antecedentes se remontan al siglo XVIII. Nos encontramos con un fenómeno regional que provocará, que en un rápido proceso de descolonización, la Monarquía Hispánica pierda su hegemonía en la práctica totalidad de sus dominios.

Es imposible separar la independencia de Paraguay del contexto político e ideológico del siglo XVIII. La independencia de los EEUU de la Monarquía Británica en 1776, la Revolución Francesa en 1789 y sus ideólogos enemigos del absolutismo monárquico y el impacto político en Europa de Napoleón Bonaparte fueron referentes decisivos en el proceso de emancipación de las colonias españolas en América. En el caso español la guerra contra el estadista corso unido a la imposición de José I como monarca aceleró la pérdida de autoridad entre la metrópolis y los territorios ultramarinos y creó el escenario necesario para la propagación de los movimientos emancipadores.

Paralelamente se produjeron cambios en la organización administrativa del Imperio español durante el reinado de Carlos III, diseñados por la necesidad de racionalizar y reformar la vetusta la estructura imperial. De esta manera, en 1776 la intendencia de Paraguay pasó a formar parte del Virreinato de Río de la Plata pasando a depender de Buenos Aires. Esta nueva distribución territorial creará el núcleo originario de la actual República de Paraguay.

Desde el punto de vista interno la evolución de la sociedad en los territorios del actual Paraguay experimentó una progresiva toma de conciencia nacional de la clase criolla, gracias a las ideas ilustradas que pese al férreo control existente iban permeabilizando entre la elite autóctona. Todo ello motivado por el rechazo que producía la poderosa influencia de funcionarios reales en los puestos de poder, alejando a los criollos de las decisiones políticas, y por otro lado el monopolio comercial ejercido por la Monarquía Hispánica sobre sus territorios que imposibilitaba la libertad económica.

Es en este contexto que se produce la Revolución de los Comuneros entre los años 1717 y 1735 y que constituye un ensayo y un referente futuro del proceso revolucionario que conducirá a la independencia nacional. Los abusos de autoridad y la arbitrariedad de Diego de los Reyes Balmaceda, gobernador de la provincia fue el detonante del frustrado proceso de revuelta. Este movimiento, que podríamos calificar de pre revolucionario y que tuvo varias fases de intensidad variable, fue acaudillado por José de Antequera y Castro, y los comuneros Juan de Mena, Fray Miguel de Vargas Machuca, Miguel de Garay y Francisco Roxas de Aranda. Finalmente fue sofocado en 1735 por un ejército comandado por Mauricio de Zavala y se implantó una durísima represión contra los insurrectos.

A inicios del siglo XIX y favorecida por la difícil situación creada en España por la invasión napoleónica, se crea en mayo de 1810 en la capital del Virreinato de la Plata, Buenos Aires, una Junta de Gobierno que derroca al virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros. Esta Junta pretendía gobernar el Virreinato aprovechando la inestabilidad de la Monarquía Hispánica y buscó adhesiones entre otras ciudades para avanzar en la lucha por la emancipación. La práctica totalidad de las intendencias se unieron al gobierno revolucionario, creándose así la Junta Grande en diciembre de 1810. Sin embargo, Paraguay expresó su negativa de adherirse a la revolución teniendo un papel fundamental en ello Bernardo de Velasco, el último gobernador de la intendencia de Paraguay.

La Junta de Buenos Aires, ante la negativa paraguaya de integrarse en la Junta Mayor Revolucionaria tomó medias extraordinarias y cortó las comunicaciones con el territorio guaraní. Junto a esto, apoyó a las facciones revolucionarias afines que aguardaban dentro del país para que continuaran con su labor emancipadora y se emprendieron las campañas bélicas conocidas como Expedición Libertadora al Paraguay donde adquirió un protagonismo notable Manuel Belgrano.

Finalmente el 15 de mayo de 1811 un pronunciamiento militar revolucionario dirigido por Pedro Juan Caballero obligó al gobernador Velasco a formar una Junta de Gobierno Revolucionaria como las que ya existían en otras zonas del Virreinato desde el año anterior. Una semana después es obligado a dimitir y años después muere en el olvido.

Paraguay se emancipa definitivamente y se convierte en uno de los primeros países de Latinoamérica en organizarse como una nación independiente.