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Carlos Manuel de Céspedes

Publicado por Hilda

Carlos Manuel de CéspedesCarlos Manuel de Céspedes y López del Castillo nació en el seno de una familia de clase alta, dedicada a la producción azucarera, el 18 de abril de 1819, en Bayamo, en la provincia de Oriente, actualmente llamada Granma. Sus padres eran: Jesús María Céspedes y Luque, y Francisca de Borja, López del Castillo y Ramírez de Aguilar.

Contrajo matrimonio en 1839 con su prima hermana por vía paterna y materna, María del Carmen Céspedes y Castillo, con quien tuvo tres hijos. María del Carmen, falleció de tisis, en 1868.

Se recibió de abogado en 1840, en la Universidad de La Habana. Para profundizar sus conocimientos jurídicos viajó a España, pero allí, además de lograr la Licenciatura y el Doctorado, se apropió de los ideales masónicos, tomando partido en acciones revolucionarias que lo llevaron a prisión, como el levantamiento del general Juan Prim. Sufrió el exilio en Francia, visitando luego, Inglaterra, Alemania e Italia.

Regresó a Cuba en 1844, imbuido de ideas independentistas para su patria, uniéndose para lograr tal fin, a otros que poseían la misma idea, como Salvador Cisneros Betancourt, Bartolomé Masó y Pedro Figueredo.

Junto a José Fornaris compartió la prisión en 1852, por su actitud conspirativa contra España, en la rebelión de Las Pozas.

Fue abogado, escritor, poeta, y por sobre todo, patriota. En 1867, se fundó la Logia “Estrella Tropical Número 19” de carácter masónica, en Bayamo. En una reunión en la casa de Pedro Figueredo, éste compuso la música del Himno Nacional.

Se realizó la reunión conspirativa en Manzanillo, en el ingenio de su propiedad “La Demajagua” donde izó por primera vez la bandera de la causa revolucionaria y donde se leyó el Manifiesto de Independencia, que decretaba la libertad de los esclavos. Era el 8 de octubre de 1868.

Otra Asamblea del mismo carácter, se celebró en Puerto Príncipe (Camagüey) realizada bajo la jefatura de Cisneros Betancourt.

Fue Gran Maestro de la Logia de “Good Faith” en Manzanillo, que junto con el resto de las Juntas Municipales, coordinaron acciones conjuntas.

Su compañera, Candelaria Acosta Fontaigne, una mestiza de 17 años, hija de un empleado suyo, y madre de sus dos futuros hijos, confeccionó la bandera que se usaría en el motín, que el comité de Bayamo fijó para el 24 de diciembre, pero que Céspedes adelantó para el 14 de octubre.

Antes, el 10 de octubre se produjo el “Grito de Yara” que comenzando con 147 hombres, la cifra ascendió a 17.000. La conspiración del 14 fue descubierta, y el 18 de octubre lograron apoderarse de Bayamo, donde el 20 de octubre se entonó por primera vez el Himno nacional, de autoría de Pedro Figueredo.

Habiéndose arrogado el cargo de Capitán General, debió enfrentar al grupo liderado por Bentancour en Camagüey, que estaba disconforme con el adelantamiento de la insurrección y con el cargo por él detentado. Perdida la ayuda de las fuerzas de Betancour, los españoles lograron recuperar Bayamo.

El 10 de abril de 1869 se promulgó la Constitución de Guaímaro, que unió los distintos sectores revolucionarios en discordia, y se dio nacimiento a la República de Cuba en Armas, con Carlos Manuel de Céspedes, como Presidente. Las otras autoridades eran la del Jefe del Ejército, cargo ocupado por Manuel de Quesada y Loynaz, y el de Presidente de la Cámara de Representantes, el más importante, ya que podía destituir a los demás, que fue ocupado por Salvador Cisneros Betancourt.

Las ideas sobre el futuro de la isla enfrentaban a Céspedes y Betancourt, ya que el primero afirmaba que Cuba debía erigirse como estado soberano y el segundo ambicionaba anexarla a Estados Unidos.

El 29 de marzo de 1870 los realistas fusilaron a su hijo, Oscar Céspedes y Céspedes, tras haber sido infructuosa la negociación por la cual lo obligaban a entregarse a cambio de la liberación de su vástago. No lo hizo, alegando que era el padre de todos los cubanos, que lo necesitaban para lograr su liberación.

Mientras, el gobierno revolucionario debió ir mudando su sede, llegando finalmente a Magaramba, donde logró infiltrarse el poeta Juan Clemente Zenea, en carácter de espía y logró la confianza de los rebeldes. Fue el encargado de conducir a la segunda esposa de Céspedes, Ana de Quesada, con quien se había casado el 4 de noviembre de 1869, a Nueva York. Juzgado como traidor, por los propios españoles, Zenea, fue fusilado en La Habana, el 25 de agosto de 1871.

Reunidos los diputados en Jijagual, lo depusieron de su cargo en 1873, exiliándose en la finca de San Lorenzo, en la Prefectura de Guanimao (Sierra Maestra). Allí, mientras se hallaba a la espera de un pasaporte que le permitiera salir del país, alfabetizando a los niños del lugar, fue derrotado por los españoles, que lo hallaron supuestamente por algún traicionero insurrecto, y falleció tratando de defenderse, del batallón San Quintín, cayendo de un barranco, el 27 de febrero de 1874.