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Causas y consecuencias de las Cruzadas

Publicado por Hilda

Ya Hemos descripto las ocho Cruzadas medievales. Ahora vamos a profundizar sus causas y consecuencias.

Causas

Si bien la causa inmediata de la Primera Cruzada, fue el Concilio de Clemont celebrado en el año 1095, donde el Papa Urbano II, convocó a reconquistar Jerusalén caída en manos de los turcos, que se la habían apropiado en el año 1076 y a auxiliar al emperador bizantino que clamaba por ayuda contra la invasión musulmana, lo que fue visto como una gran posibilidad de unión cristiana, dividida por el Gran Cisma de 1054, hubo muchas más razones, donde se mezclan intereses religiosos y económicos.

Después del Concilio de Clermont de 1095, otros papas continuaron fomentando las Cruzadas. El Papa Inocencio III, en particular, desempeñó un papel crucial en la organización de la Cuarta Cruzada, reforzando el mensaje de unidad cristiana y celo religioso. Su insistencia en apoyar este movimiento se combinó con importantes políticas que promovieron las acciones militares en Tierra Santa.

Pasaremos a describir el contexto histórico:

Entre los siglos X y XI, Europa occidental experimentó un fuerte incremento demográfico, con crecimiento urbano y comercial, posiblemente a causa de la introducción de mejor tecnología agrícola, que trajo como consecuencia mayores rendimientos productivos. Esta población cada vez más numerosa hizo romper la estructura de aislamiento de los reinos feudales, especialmente a través de prácticas comerciales, lo que ocasionó el enriquecimiento de las ciudades mercantiles italianas: Venecia, Génova y Pisa recibían en sus puertos, especias y productos orientales suntuosos, que la población enriquecida reclamaba.

La atracción económica hacia Oriente fue un motor vital para los cruzados. El control sobre rutas comerciales estratégicas en el Mediterráneo y Oriente Próximo prometía un gran enriquecimiento. Estas rutas eran vitales para el intercambio de especias, textiles y otras mercancías valiosas que mejoraban el estatus económico de comerciantes y nobles.

Las rutas de peregrinaciones a Tierra Santa eran cada vez más concurridas, impulsadas por la iglesia, pero los musulmanes las obstaculizaban. Paralelamente, Bizancio, en lucha contra los infieles, que lograron conquistar Egipto, Siria y Persia, y la ciudad santa de Jerusalén; se convirtió en el rival comercial de Occidente, y en una presa codiciada para el expansionismo occidental, ya que la conquista de esas tierras, posibilitaría abrir las rutas comerciales. La creciente oleada musulmana en Oriente, amenazaba al cristianismo, lo que impulso el ideal religioso de los caballeros, lo que, además se unía a la posibilidad de obtener ganancias, siendo esto último lo que estimuló a unirse a la empresa de las Cruzadas también a las clases humildes.

Consecuencias

Las consecuencias fueron diferentes para cristianos y para musulmanes. Estos últimos, a pesar de haber sido los que obtuvieron la victoria, comenzaron un período de declive cultural, y quedaron muy debilitados para resistir la invasión mongola del siglo XIII.

La cristiandad, a pesar de su derrota, y la pérdida de Jerusalén en el año 1187, vio reforzada la autoridad del Papa y las transacciones culturales y comerciales se vieron fortalecidas, con la apertura del Mediterráneo oriental, dando origen a una burguesía cada vez más poderosa, económicamente, en desmedro de la nobleza feudal, que perdió muchas vidas en las Cruzadas.

La creciente influencia de las Cruzadas facilitó un intercambio cultural significativo entre Oriente y Occidente. Gracias a estos encuentros, se introdujeron en Europa textos e ideas orientales que impactaron en la matemática, la medicina y la filosofía, sentando las bases para el Renacimiento europeo.

Las diferencias existentes entre la cristiandad de Oriente y Occidente se profundizaron, escindiéndose, definitivamente. Un aspecto poco discutido es el impacto negativo de las Cruzadas en las comunidades judías de Europa. Sufrieron pogromos y persecuciones, especialmente durante la Primera Cruzada, cuando los cruzados atacaron a las comunidades en el valle del Rin en su camino hacia Jerusalén.

Durante la Cuarta Cruzada, la desviación a Constantinopla en 1204 tuvo consecuencias duraderas para el Imperio Bizantino. Este evento, en lugar de lograr los objetivos iniciales de conquista en Tierra Santa, debilitó enormemente la estructura política y económica bizantina y profundizó las divisiones entre la cristiandad oriental y occidental.