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Emmanuel Joseph Sieyès

Publicado por Hilda

Emmanuel SieyèsNació el 3 de mayo de 1748, en Fréjus, departamento de Var, (Francia) en un hogar católico, que lo impulsó aún en contra de su vocación, a ingresar al seminario eclesiástico. Primero tomó clases con los jesuitas, y entre 1764 y 1770, ingresó en París en el seminario Saint-Sulpice, que debió abandonar por haber ya sentido la influencia del pensamiento liberal de Locke y de Bonnot de Condillac, este último también un sacerdote sin convicción religiosa, con ideas ilustradas, que calaron profundamente en sus ideas, y no agradaron a las autoridades del seminario.

De todos modos, prosiguió su carrera religiosa, en el Seminario de San Fermín, siendo ordenado sacerdote en 1772.

Su carrera en la iglesia fue exitosa, llegando a ocupar en la diócesis de Chartres los cargos de Vicario General y Canciller.

En 1788 se realizó la convocatoria a los estados generales, por pedido de la nobleza, estado privilegiado que se negaba a pagar impuestos, ya que había gozado de este privilegio desde siempre, al igual que el clero. Si bien Sieyès, era miembro del clero, repudiaba los privilegios, que él mismo había vivenciado al haber sido representante del cabildo en los estados de Bretaña. Los privilegios incluso los notó dentro del mismo clero, ya que para ascender, se necesitaba tener un noble origen.

Escribió su pensamiento, en respuesta al pedido del ministro Necker, en un panfleto, en enero de 1789, que se tituló ¿Qué es el tercer estado?, donde respondía que hasta entonces no había sido nada en el orden político, a pesar de ser la base económica del estado francés, o sea , todo, y que aspiraba a llegar a ser algo. Este escrito le valió ser elegido diputado para defender los derechos populares. No estaba a favor de suprimir el clero y la nobleza, sino los privilegios, ya que veía que estas clases vivían a expensas del pueblo.

No aceptada por el rey la posibilidad de realizar una votación por persona, que aseguraría el triunfo del tercer estado y la aplicación de impuestos a la nobleza, fue Sieyés uno de los principales impulsores, el 17 de junio de 1789, de que el estado llano se separara de los estados generales, y realizara su propia reunión, que se llamó Asamblea Nacional, y sería el comienzo de la Revolución Francesa, donde se pronunció con discursos breves y confusos, dejando de participar hasta septiembre de 1792, fecha en la que se constituyó el gobierno de la Convención, para luchar contra la amenaza de las potencias monárquicas extranjeras.

Aunque siempre se mantuvo en una postura intermedia entre girondinos y jacobinos, a pesar de integrar el club de los jacobinos hasta 1791, ubicándose en el centro de la Asamblea, votó favorablemente sobre la condena a muerte del monarca Luis XVI, inclinándose por la postura jacobina, con quienes compartía la idea sobre el sufragio universal y no restringido como aspiraban los girondinos.

Realizó una importante labor diplomática concretando un tratado entre Francia y Baviera, en 1795, año en que comenzó a funcionar el Directorio, de cinco miembros, que estableció un sistema político burgués, de voto censitario, o sea restringido, con separación de poderes, negando la posibilidad de insurrección, por temor a la vuelta del régimen del terror. Muchos de los aspectos de la Constitución de 1795, que creó el Directorio fueron cuestionados por Sieyés.

Su meta era lograr el reemplazo del estado liberal por el social y de derecho, con supremacía constitucional, sobre las leyes, pues la Constitución para él, era obra del poder constituyente, representado por el pueblo, identificado en esta primera etapa, anterior al estado, con la nación, donde residía la soberanía, y a través de la Constitución elaborada por ese poder constituyente nacían los poderes constituidos (legislativo, ejecutivo y judicial) con colaboración recíproca. A partir del nacimiento del estado constitucional se diferenciarán los gobernantes de los gobernados, que ya serán el pueblo. La Nación aguardará latente que los poderes constituidos ejerzan correctamente el poder.

En 1798, gestionó en la Corte de Berlín, como Ministro Plenipotenciario, la anexión de Prusia a la causa francesa, aunque no tuvo éxito.

En mayo de 1799, fue electo Director de Francia, forma de gobierno que le desagradaba y se propuso aniquilarla, desde el seno mismo del gobierno, cerrando el club de los jacobinos, e intentó planificar un golpe de estado con la colaboración del general Joubert, que murió en la batalla de Novi.

El retorno de Napoleón, triunfante de su campaña de Egipto aceleró sus planes, Apoyó el golpe de estado de Napoleón, ya que creía que se necesitaba un poder fuerte, y preparó su soñada constitución, que fue dejada de lado por Napoleón Bonaparte, que impuso su propio gobierno, donde Sieyés actuó como Cónsul provisional, aunque por poco tiempo, pasando a ser Senador.

Obtuvo el título de Conde en el reinado napoleónico, pero cuando se produjo la derrota de Napoleón y la vuelta de los borbones al trono francés, sufrió el exilio, en 1814, desde donde retornó luego de la Revolución de 1830.

Falleció el 20 de junio del año 1836, en París.