La colonización inglesa
Ante la necesidad de encontrar nuevos mercados en una época de descubrimientos y conquistas, los ingleses se volvieron expertos navegantes, corsarios y contrabandistas.
Impulsados por la reina Isabel I que apoyaba la empresa colonial, para entonces Europa asiste a la formación del Estado Moderno, esto es, profundización del capitalismo, escisión religiosa e identidad nacional en la figura de las monarquías que tienden al absolutismo (manifestado en el reinado de Jacobo I).
El reinado de Isabel dio orden y prosperidad al pueblo ingles, ambos elementos reflejados en el crecimiento, la unificación religiosa y mayor solidez económica, cuyo crecimiento les da a los británicos la posibilidad de salir a buscar nuevos mercados.
Todos estos elementos influyeron directamente en el proceso de colonización: los perseguidos religiosos vieron el la emigración una opción para profesar libremente su culto y, desde el punto de vista de la corona, apoyo la iniciativa privada en nuevas empresas coloniales bajo su patrocinio.
Es así que la colonización inglesa tuvo dos caras diferenciadas: por un lado las colonias del sur, instaladas allí con la conformidad y aliento de la corona y las del norte, compuestas, fundamentalmente, por disidentes religiosos que escapaban de la persecución.
Lo que se encontrará en ambos casos es el ideal de triunfo económico, ligado a la mano de obra esclava, tráfico y plantaciones en el sur y el comercio en el norte bajo la causa religiosa: la predestinación protestaste, cuyo éxito económico es la culminación de ser elegido por Dios. Los puritanos creían fuertemente en esta teoría, acompañada de una restricta moral que el siglo XX tildará de doble moral, tan bien retratada en las obras de Eugene O’Neill.
La primera colonia de iniciativa bajo la tutela del rey Jacobo I fue Virginia, nombre acuñado en honor a la reina Virgen. Si los dos primeros intentos de exploración fracasaron, fue en 1607 que se dio fundación a Jamestown.
Luego siguieron Plymouth, Massachussets, habitada por colonos puritanos de mediana fortuna y con grandes ambiciones comerciales, quienes llegaron al puerto de Boston con el objetivo de practicar libremente su religión.
Tras la fundación de Massachussets, Roger Williams, predicador, fundó Rhode Island y Thomas Hooker, Connecticut.
Siguieron Nueva Hampshire, Maryland y Nueva York, antiguamente Nueva Ámsterdam, ocupada por una colonia holandesa que, tras un enfrentamiento entre Holanda y la corona británica, pasó a manos del duque de Cork, cambiando también su nombre; Carolina, luego divida en Carolina del Norte y del Sur; Nueva Jersey, Pennsylvania, Delaware y Georgia.
Si bien las colonias tenían características bien diferentes, lograron armar un movimiento emancipador capaz de unirlos frente corona inglesa, más tarde llegaría el enfrentamiento civil. La independencia de los Estados Unidos de Norteamérica, primer estado políticamente moderno en su estructura, precursor de las ideas de la Revolución Francesa, no llegará sino hasta 1776, año en que las trece colonias adquieren identidad como país.