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La Primera Revolución Industrial

Publicado por Hilda

La primera revolución industrialLa Revolución Industrial, ocurrida a mediados del Siglo XVIII, se inició en Inglaterra, para extenderse luego al resto del mundo.

La actividad comercial, iniciada luego de la conquista de América, al crear nuevos mercados, hizo necesaria la producción en serie de mercaderías, sobre todo telas, requeridas por los mercados coloniales.

Inglaterra presentaba las condiciones óptimas para el despegue industrial, ya que contaba con el hierro y el carbón necesarios, un transporte adecuado para distribuir las mercaderías y el dominio marítimo para controlar las rutas y proveerse de las materias primas que necesitaban, desde América.

El crecimiento de la población se debió a los cambios en la agricultura, que gracias a las nuevas técnicas, comenzó a prosperar. La gente se alimentaba mejor, vivía más tiempo y en condiciones más saludables, y por lo tanto, aumentaba su consumo, gastos que realizaba a través del uso de la moneda, y no del trueque como en otros países europeos.

Fue decisivo también en la industrialización inglesa, los cambios políticos, ocurridos a partir de 1688, donde se estableció como sistema de gobierno, una monarquía parlamentaria, y se adoptó el capitalismo como sistema económico.

La unidad de trabajo fue la fábrica, que desplazó el trabajo artesanal, característico de la Edad Media, donde los trabajadores, que realizaban sus tareas en forma manual, tenían sus actividades totalmente reguladas por los gremios, que fijaban las condiciones laborales, los modos de producción y el precio de las mercaderías. A partir de la Revolución Industrial el precio será fijado por la ley de la oferta y la demanda.

Primero fue la fuerza hidráulica, la que obligó a los trabajadores a asentarse en un mismo espacio físico, cercano a los ríos. La primera lanzadera mecánica surgió en 1773, que hizo posible la aparición del telar mecánico, y luego la invención de la máquina de vapor, por Watt inicialmente utilizada en las minas de carbón, se extendió a la industria textil, sustituyendo la fuerza hidráulica.

Se incrementó en forma considerable la demanda de hierro, que se producía quemando metal con carbón vegetal, lo que ocasionó la necesidad de hallar un nuevo combustible. Se intentó sustituirlo por el carbón mineral, pero a causa de sus impurezas, producía lingotes de poca calidad. El auge se produjo con la invención del carbón de coque.

El proceso de urbanización que trajo aparejado el nacimiento de esta nueva modalidad de trabajo, originó el nacimiento de barrios obreros, cercanos a las fábricas, donde se vivía en condiciones deplorables desde el punto de vista sanitario.

Esta nueva manera de trabajar, dio nacimiento a una gran polaridad entre los ricos dueños de fábricas (burgueses) y los pobres obreros marginados y sometidos a la explotación patronal, sin leyes laborales que los protegieran.

Trabajaban en las fábricas, no sólo hombres por muy bajos salarios, en indignas condiciones, con jornadas agotadoras, sino también mujeres embarazadas y niños, a los que se les pagaba muy poco y realizaban tareas sumamente riesgosas, como las que desempeñaban en las minas, actividad preferente en la que se ocupaban los menores por su escaso tamaño, que les permitía acceder a esas zonas estrechas, pero sumamente peligrosas.

Esta revolución significó un cambio en la manera de trabajar, que tuvo consecuencias en el plano económico, social y político, ya que mediante ella surgió el capitalismo como sistema económico, el dinero como motor fundamental de la economía, la importancia de la burguesía como sector social, que va a extender su influencia a otros países, como Francia, donde los burgueses van a iniciar una lucha por la posibilidad de participación activa en el plano político, y la hostigada clase obrera, que más tarde comenzará sus demandas y reclamos.