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Vestimenta Maya

Publicado por María Celia

maya2.JPGCon una antigüedad de aproximadamente 3000 años, la civilización maya estuvo circunscripta al territorio del sur-este de México, actuales Guatemala, Honduras y El Salvador, fundamentalmente.

Similar a otras civilizaciones indígenas aledañas, la vestimenta maya respondió a una sectorización social, proyectando el estatus o casta de cada uno de sus miembros.

Debido a que una gran mayoría estaba dedicada a los trabajos de la tierra, el vestuario era sencillo y de carácter funcional: las mujeres usaban una falda denominada Huipil que llevaban con un manto en el torso. Asimismo, caben mencionar ciertas diferencias según la ubicación geográficas. Las mayas guatemaltecas usaban faldas largas y blusas con bordados brillantes y coloridos.

Para las zonas cálidas, los vestidos eran más livianos, sueltos, de color blanco y hasta las rodillas.

Los hombres vestían con una especie de pantalón llamado patí. De la misma manera, los habitantes de Guatemala se distinguían con preciosos ponchos bordados.maya3.JPG

Las deformaciones corporales eran símbolo de belleza, ya sea craneal, generando un aplastamiento de la cabeza del recién nacido por cinco días a partir de su nacimiento o sometiéndolos a la desviación visual, colgándole unas bolitas en el centro de la frente a la altura del tabique de la nariz, para que fueran bizcos, los hombres llevaban el rostro y cuerpo pintado de negro hasta el momento de casarse. Una vez contraído el enlace, cambiaban al color rojo, reservando el negro anterior para las festividades religiosas.

El verdadero arte maya que los diferenciaba de otras comunidades eran los maravillosos tejidos de variados colores. En el origen, el arte de tejer conlleva un significado religioso, de allí su exotismo y colorido.

Regalo de la diosa Ixchel (Diosa de la Luna), las mujeres recibieron de ella el don del telar. En tal sentido, los símbolos con que se bordaban los géneros y prendas tenían significación sagrada.

Los tonos se lograban mediante tinturas que se hacían a partir de ciertos vegetales, minerales y, en ocasiones, animales: el rojo se obtenía de un insecto llamado Grana Cochinilla.

En ocasiones y sobre todo para las clases más altas, compuestas por el clero, los militares y los gobernantes, la vestimenta iba acompañada de importantes tocados con plumas, medallas, gemas y sandalias de cuero en los pies. mayas1.JPG

Tampoco faltaban collares, ornamentos de conchas, caracoles, narigueras, brazaletes y anillos, cuyos materiales propios eran el oro, el cuarzo y el jade.

Además de la vestimenta, los mayas también se distinguían por sus elaborados peinados, que variaban según el rango social y la ocasión. Los hombres de alto estatus a menudo llevaban el cabello largo, adornado con plumas y joyas, mientras que las mujeres podían trenzar su cabello de maneras complejas, a menudo decorándolo con cintas y flores.

La vestimenta ceremonial era particularmente impresionante, con trajes que a menudo incluían capas adicionales de tela, plumas y joyas. Estas prendas no solo eran un símbolo de estatus, sino que también tenían un significado espiritual, ya que se creía que los colores y los patrones podían influir en el favor de los dioses.

El uso de joyas y adornos corporales era común entre los mayas, no solo como símbolo de riqueza, sino también como una forma de comunicación. Los diseños y materiales utilizados en estos adornos podían indicar la afiliación a un clan o el logro de ciertos hitos personales o comunitarios.

La civilización maya tuvo su mayor apogeo entre el 300 y 900 d. C, dejando su legado a través de las excavaciones realizadas e investigaciones sobre uno de los pueblos más avanzados capaces de desarrollar un calendario, lograr avances astronómicos y matemáticos que aún no pueden explicarse en relación con su origen.

La influencia de la vestimenta y los adornos mayas se puede ver incluso hoy en día en las comunidades indígenas de la región, donde las técnicas de tejido y los patrones tradicionales continúan siendo una parte vital de la identidad cultural. Estos elementos no solo representan una conexión con el pasado, sino que también son un testimonio de la resiliencia y la continuidad de las tradiciones mayas a lo largo de los siglos.