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El Combate de Miserere

Publicado por Hilda

ANTECEDENTESBatalla de Miserere

Los ingleses habían logrado tomar Buenos Aires a fines de junio de 1806, pero la reconquista de la ciudad al mando de Liniers, en el mes de agosto, alejó a los ingleses de la capital del virreinato, pero no por mucho tiempo. Esta vez, con apoyo del gobierno inglés, los británicos no cesarían en el intento.

Desde Londres, se enviaron nuevamente fuerzas hacia el Río de la Plata, al mando del general Juan Whitelocke, que agrupaban los contingentes que antes de que se efectuara la Reconquista pensaban mandar para reforzar sus conquistas: una flota con destino a Buenos aires a cargo del brigadier Samuel Auchmuty y otra con destino a Chile comandada por Roberto Crawfurd. Siendo ya inútil dividir los destinos, por haber perdido sus posesiones, 12.000 hombres partieron con un mismo fin, primero tomar Montevideo, y luego Buenos Aires.

EL ENCUENTRO EN MISERERE

Luego de lograr tomar Montevideo, el 3 de febrero de 1807, el 28 de junio, el general Whitelocke, decidió que había llegado el momento de apoderarse de Buenos Aires. Dos día más tarde partían siete mil ingleses, que llegaron a la ensenada de Barragán. Para arribar a Buenos aires, debían recorrer aún, una distancia de 60 km. La vanguardia estaba a cargo del general Gower, que para arribar a la ciudad no tenía otro modo hacerlo que atravesar el puente de Gálvez, ubicado sobre el Riachuelo, por lo menos eso creyó Liniers, y allí preparó la defensa. Luego de la toma de Motevideo, el 8 de febrero las tropas que habían luchado allí al mando de Liniers, previendo que el próximo bastión a tomar era Buenos aires, se trasladaron hacia allí trayendo consigo las piezas de artillería que se habían instalado en Colonia del Sacramento. Los porteños contaban con siete mil hombres, nueve cañones, un obús, entre otras armas y estaban bien posicionados. Sin embargo, hubo una gran falla, equivocar la estrategia del enemigo, que logró engañarlos.

La vanguardia inglesa, integrada por tres compañías del batallón 95, de tropas ligeras, contando con 4 cañones, eludieron ese forzado camino, y tomaron rumbo a la izquierda, atravesando el vado de Burgos, actual puente Alsina, tomando rumbo a los Corrales de Miserere, hoy llamada Plaza Once o Plaza Miserere, en recuerdo de este trágico evento. Cuando Liniers comprendió que sus enemigos habían elegido otro camino, fue tras ellos, pero de un modo muy desorganizado.

Cuando aún faltaban recorrer 500 pasos para llegar al lugar de destino, los ingleses divisaron a las fuerzas porteñas, que inmediatamente atacaron. Como los caballos ingleses que transportaban el armamento habían quedado rezagado, Gower ordenó, que se atacase por la izquierda, armados con bayonetas. Era el 2 de julio de 1807, un día que pudo ser el comienzo del dominio inglés en las colonias españolas. En muy poco tiempo, que no alcanzó a media hora, el general Craufurd, auxiliado por el teniente coronel Pack, el mayor Travers y los integrantes del batallón 95 de tropas ligeras, aniquilaron a los rioplatenses, que sufrieron de 130 bajas, entre muertos y heridos. Los ingleses lamentaron la cuarta parte. Los que pudieron huir, lo hicieron espantados por la superioridad en la calidad profesional del adversario, que también se equivocó en los pasos posteriores. Ya que el general Gower, decidió esperar hasta la llegada de Whitelocke, arribo que se produjo dos días después, subestimando la capacidad de reorganización de las fuerzas locales.

CONSECUENCIAS

Todo parecía perdido para Buenos Aires, donde sólo habían quedado para defenderla mil seiscientos hombres, pero el Alcalde de Primer Voto, Don Martín de Álzaga, decidió resistir, construyendo barricadas, armando a los vecinos e infundiéndoles ánimo. Liniers, que había llegado con mil hombres, viendo que aún se podía resistir, unió sus fuerzas, retomando el mando de las tropas que provisoriamente habían quedado al mando de Juan Bautista Azopardo, lográndose evitar la invasión de los ingleses que cometieron otro error, el de dividir a sus hombres en trece columnas. El 7 de julio de 1807, el jefe ingles, capituló.