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Batalla de Las Piedras

Publicado por Hilda

Batalla de las PiedrasFue la primera batalla librada dentro de la luchas por la independencia de las colonias hispanoamericanas, gesta que se había iniciado a partir del 25 de mayo de 1810, cuando la Junta de Gobierno, constituida en Buenos Aires, derrocó al virrey Cisneros del poder, y estableció el primer gobierno patrio, aunque juraron fidelidad al rey español, cautivo de los franceses, Fernando VII.

Esta Junta había expresado su voluntad de independencia desde Buenos Aires, por lo que para hacer efectivo su mando sobre el resto del virreinato, necesitaba la adhesión del resto de las provincias. La ciudad de Montevideo, perteneciente a la Banda Oriental (actualmente República Oriental del Uruguay) no se mostró dispuesta a aceptar esta nueva institución de poder. La aceptación de Montevideo era muy importante, pues su gran armamento y su posición geográfica, era una amenaza para tenerla en contra y un gran valuarte a su favor. Montevideo condicionó su reconocimiento a que la Junta jurara al Consejo de Regencia. Juan José Paso, enviado por la Junta porteña, nada pudo lograr.

El 11 de febrero de 1811 llegó a Montevideo, don Francisco Javier de Elío, nombrado virrey del Río de la Plata, por el Consejo de Regencia. La Junta que no reconoció al Consejo de Regencia, tampoco aceptó a la autoridad por ella nombrada. Elío declaró traidores y rebeldes a los integrantes de la Junta. Desde el 30 de mayo, las autoridades de Montevideo cerraron su puerto a los barcos procedentes de Buenos Aires.

Si bien Montevideo no aceptó a la Junta, hubo, sin embargo, un grupo de adeptos a la causa revolucionaria, los habitantes de la campaña, que emigraron a Buenos Aires, desde la Banda Oriental, entre ellos el Capitán de una Compañía de Blandengues, José Gervasio Artigas, de alto liderazgo, sobre todo en la población rural de su territorio, uniéndose a la revolución en contra del dominio hispánico.

El 15 de febrero de 1811 se dirigió a Buenos Aires, y desde allí a Mercedes, donde comenzó a preparar un precario ejército formado por campesinos, sin instrucción militar y con armas muy precarias, como boleadoras, cuchillos y lanzas realizadas por ellos mismos, confeccionadas con cañas, en cuyas puntas, colocaban una de las hojas de las tijeras que usaban para esquilar ovejas.

Instigados por Artigas, que desde su Cuartel General de Mercedes, emitió la “Prclama de Mercedes”, en la Banda Oriental se produjo el “Grito de Asencio” el 28 de febrero de 1811, por el cual se declararon fuera de la autoridad de la corona española, y se unieron a la causa revolucionaria.

La acción de José Gervacio Artigas, Manuel Artigas, Benancio Benavídez y José Viera fue coordinada por Manuel Belgrano, que arribó a Mercedes en abril de 1811, y planeó la campaña para someter a la ciudad de Montevideo.

Desde Mercedes, Artigas partió con sus hombres hacia el sur para arribar a la ciudad de Canelones, en ese momento denominada Nuestra Señora de Guadalupe, a 40 kms. De Montevideo. La idea era sitiar Montevideo, para obligar a rendirse a las autoridades españolas.

Las improvisadas tropas de Artigas, con 600 hombres a caballo y 400 a pie, debieron enfrentarse al ejército profesional hispánico, que comandado por el capitán José de Posadas reunía alrededor de 1.200 hombres. Muchos de estos desertaron en medio de la lucha y pasaron a engrosar las filas patrias.

En las proximidades de Las Piedras (Uruguay) el lluvioso día 18 de mayo de 1811, a las 11 de la mañana, tuvo lugar la batalla, donde el ingenio de los campesinos se impuso a la fuerza tecnológica española, que contaba con seis cañones de artillería, dos obuses lanzadores de granadas explosivas, y fusiles. Los españoles habían instalado su campamento en una altura, y la caballería, muy próxima al arroyo Las Piedras.

Antonio Pérez, fue el encargado con sus tropas de a pie, de acercarse a los enemigos, y luego, retroceder ante el ataque de sus balas, con el fin de hacer salir a los españoles de su posición para iniciar una persecución. Por la izquierda avanzó Manuel Artigas, quien murió en esta batalla, con la caballería, y encerró por la izquierda a los españoles, otras dos columnas abrazaron al ejército enemigo, quienes se rindieron luego de una larga lucha, a las cinco de la tarde. Ambas fuerzas enarbolaban la bandera de Fernando VII, pero los ideales eran distintos. Los patriotas íntimamente habían reemplazado ese emblema por el de la libertad.

Luego de esta victoria, Artigas, que proclamó la clemencia para sus enemigos vencidos, logró poner sitio a Montevideo, gobernado por el Virrey Francisco Javier de Elío, ayudado por las tropas porteñas al mando del General Rondeau, que había reemplazado a Belgrano. Buenos Aires no tenía una flota adecuada y los habitantes de Montevideo podían resistir el sitio pues burlaban fácilmente el bloqueo. Elío pidió ayuda a los portugueses que se habían instalado en Brasil.