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El fusilamiento de Dorrego

Publicado por Hilda

Antecedentes y contexto histórico

El Tratado de paz deshonroso firmado con Brasil, por el cual se perdía la Banda Oriental, y el rechazo a la Constitución de 1826 (unitaria) motivaron la renuncia de Rivadavia a la presidencia. Como presidente interino fue designado por el Congreso el 5 de julio de 1827, Vicente López y Planes, mientras la provincia de Buenos Aires quedó en libertad para designar sus órganos gubernamentales.

El 12 de agosto de 1827, el federal Manuel Dorrego fue designado gobernador de Buenos Aires, tras las elecciones del 22 de julio. Asumió con el apoyo de las provincias, quienes lo ayudaron a petender continuar la guerra contra Brasil. Sin embargo, al contar con la negativa del Banco Nacional para el otorgamiento de fondos, y por la intervención obstaculizadora del embajador de Inglaterra Lord Ponsonby, finalmente se arribó a un tratado de paz el 27 de agosto de 1828, por el cual la Banda Oriental, sería un estado independiente. Esto perjudicó la imagen que Dorrego tenía, tanto entre los unitarios como entre los propios federales. Fue un gobierno con contradicciones y envuelto en una grave crisis interna.

Los unitarios realizaron una gran campaña de desprestigio apoyados por el periodismo, donde se publicaban sin restricciones críticas muy ofensivas y hasta obscenas, a su actividad como gobernador y por la violencia y el fraude que se decía, habían envuelto las elecciones a diputados efectuadas en mayo de 1828; lo que motivó el dictado de una Ley de Prensa el 1 de junio de 1828, que imponía multas, a quienes insultaran o degradaran a sus adversarios.

El conflicto entre unitarios y federales estalló el 1 de diciembre de 1828, cuando Juan Lavalle, al mando de los conspiradores, y apoyado por la Primera División del Ejército (infantería y caballería) que retornaba de la guerra contra Brasil, ocupó la Plaza de la Victoria. Dorrego huyó del Fuerte en busca de Rosas, que era comandante de la Campaña, para que lo auxiliara, reuniéndose con él en Cañuelas.

Mientras tanto, los golpistas, para legitimarse, se reunieron en Asamblea, presidida por Julián Agüero, con ochenta vecinos, en el templo de San Francisco, en la Capilla de San Roque, donde Lavalle fue aclamado como el nuevo gobernador, levantando los asistentes sus sombreros.

Los cargos contra Dorrego fueron expresados en un manifiesto dado a conocer el 5 de diciembre, donde era acusado entre otros delitos, de sublevar a la población, provocar desorden en la administración pública e indisciplinamiento en el ejército, despilfarro de las arcas públicas, fraude electoral, corrupción judicial, ataque a la libertad de imprenta y a las garantías personales, etcétera.

Dejando a Guillermo Brown como delegado suyo, partió Lavalle a enfrentarse con Dorrego, a quien logró dar un primer golpe, triunfando en Navarro.

A pesar de que Rosas aconsejó a Dorerego tratar de no enfrentarse nuevamente con Lavalle para lograr la ayuda de Estanislao López, Dorrego prefirió el encuentro con su oponente.

Rosas se dirigió a Santa Fe y Dorrego a San Antonio de Areco. En el puesto llamado “El Clavo” el sargento mayor Mariano Acha, por orden del teniente coronel, Bernardino Escribano, tomó a Dorrego prisionero, que fue traicionado por algunos de sus hombres.

El cuerpo diplomático pedía por la vida del prisionero desde Buenos Aires, al igual que Guillermo Brown, mientras desde el mismo lugar se alzaban voces unitarias pidiendo por su muerte ejemplificadota, mencionándose entre estas ultimas opiniones las de Salvador María del Carril y Juan Cruz Varela, que decidieron a Lavalle.

El fusilamiento

Trasladado Dorrego como prisionero a Navarro, el 13 de diciembre de 1828, recibió la noticia de que sería fusilado en una hora, a través de un edecán, no siendo puesto en presencia de Lavalle. Dorrego fue autorizado y escribió tres misivas (a su esposa, a su hermano y a Estanislao López) donde solicitaba no vengar su muerte. Lavalle se responsabilizo totalmente del fusilamiento de Dorrego, de 41 años, que fue ejecutado por un pelotón, de ocho balazos, en Navarro, en un sitio cercano a la laguna, dejando a la historia el juzgamiento de su decisión. El lugar del asesinato fue declarado sitio histórico en el año 2003.