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Facundo Quiroga

Publicado por Hilda

Facundo QuirogaNació en el año 1788, con el nombre de Juan Facundo Quiroga, en San Vicente, o los Llanos, paraje conocido con este segundo nombre por haber habitado en ese lugar, una familia de apellido Llanos (La Rioja). Era hijo de José Prudencio Quiroga y de Juana Rosa de Argañaraz. Siendo casi adolescente (16 años) fue arriero en el campo paterno, convirtiéndose en administrador, a los 20 años.

Este hombre trabajador, tuvo un gran defecto que lo arruinó económicamente: su afición por el juego. A los 24 años, enemistado con su padre, por una suma importante de dinero familiar que comprometió en ese vicio, ingresó en la milicia.

Recibió el seudónimo de “Tigre de los Llanos”, según Sarmiento, por haber podido matar a un tigre que lo perseguía, que en realidad era un jaguar. Sarmiento lo definió como el representante más elocuente de la “barbarie”.

Colaboró con San Martín y Belgrano en la guerra independentista recibiendo la designación de “Benemérito de la Patria”.

Fue gobernador de La Rioja en el período comprendido entre el 28 de marzo y el 22 de julio de 1823.

Estando deteniodo en San Luis, aparentemente por error, logró sofocar una conspiración de realistas también prisioneros, lo que le valió ser merecedor de una medalla.

Quiroga, si bien estaba convencido de que la mejor manera de organizar el país era la unitaria, apoyó el federalismo por ser la opinión de la mayoría. Esto lo manifestó en una carta dirigida a Rosas, fechada el 12 de enero de 1832, en Tucumán.

Fue enemigo de Rivadavia, designado por la Ley de Presidencia, del 6 de febrero de 1826, en el cargo del Presidente Permanente, y apoyado por la legislatura de su provincia, se pronunció en su contra. La oposición se basaba en que durante su gestión, se produjo la designación de Buenos Aires como capital de la República, suprimiéndose la provincia de Buenos Aires, el establecimiento de un Banco Nacional, el dominio de la aduana externa y de las internas, se tomó posesión de las tierras públicas e inmuebles provinciales, etcétera, lo que marcaba un fuerte centralismo, aún antes de dictarse la Constitución, que había sido el objetivo del Congreso de 1824. Además, Rivadavia, gestionó la introducción de capitales ingleses, a través de la constitución de una Sociedad, “La Asociación Minera del Río de la Plata”, siendo Rivadavia el Presidente del Directorio.

Sin embargo, los yacimientos ya tenían dueño, que eran sociedades reconocidas legalmente, integradas por personalidades locales. Facundo Quiroga, era accionista de una de las compañías mineras de La Rioja.

El 24 de diciembre de 1826, se sancionó una constitución unitaria, desconociendo la opinión de las provincias, que cuando fueron consultadas, en su mayoría, se expresaron por el federalismo. Facundo Quiroga la rechazó sin siquiera leerla.

El 27 de junio de 1827, Rivadavia renunció, y el 5 de julio de 1827, el Congreso designó como Presidente Interino al Dr. Vicente López y Planes. El 12 de agosto asumió como gobernador, Manuel Dorrego, enemigo de Rivadavia. Vicente López renunció cinco días más tarde y el Congreso General Constituyente se disolvió.

Durante el gobierno de Dorrego se continuó con la guerra con Brasil, contando con la aprobación de la mayoría de las provincias, entre las cuales se contó La Rioja. Sin embargo el Tratado de Paz firmado el 27 de agosto de 1828, causó disgusto en el interior, porque implicaba la pérdida de la Banda Oriental. Tras el asesinato de Dorrego, el unitario Lavalle asumió el gobierno de Buenos Aires, realizando una lucha encarnizada contra los federales.

A comienzos de 1829, procedente de la República Oriental, arribó el general José María Paz, cuya idea era apoderarse de la provincia de Córdoba, donde había nacido. En el camino se encontró con Lavalle, unitario como él, que estaba siendo enfrentado por los federales, Rosas y López, pero no se quedó a auxiliarlo, y prosiguió su camino. Atacó a Juan Bautista Bustos, gobernador de Córdoba, el 22 de abril, en San Roque, y se apoderó del gobierno provincial. Bustos le solicitó auxilio a Quiroga. Al mando de 5.000 hombres, entre catamarqueños, mendocinos y puntanos, el Comandante de Armas de La Rioja, Facundo Quiroga, enfrentó a Paz, el 22 de junio de 1829, en La Tablada, pero fue derrotado.

El 10 de enero de 1830, el caudillo riojano le dirigió a Paz una misiva, reprochándole que hubiera usado para la conquista el Ejército Nacional. Le comunicaba que las armas no serían envainadas, mientras las provincias, tuvieran riesgo de ser invadidas. Le aseguraba que combatirían hasta el triunfo o la derrota definitiva.

El 25 de febrero de 1830, el general Paz atacó por sorpresa a Quiroga, mientras acampaba el la “Laguna Larga de Oncativo” devastando las tropas federales. Quiroga huyó a Buenos Aires. Con estos triunfos, Paz se aseguró el gobierno cordobés. Formó la Liga Unitaria, con las provincias que ya le eran leales, como Salta, Tucumán y Catamarca. A ellas les sumó Mendoza, San Juan, San Luis, Santiago del Estero, y la tan entrañable provincia de Quiroga: La Rioja.

Siendo ya Rosas, gobernador de Buenos Aires, se firmó el 4 de enero de 1831, el Pacto Federal, entre las provincias de Santa Fe, Entre Ríos y Buenos Aires, declarándole la guerra a la Liga Unitaria.

Facundo Quiroga, a principios de febrero, se dirigió a Cuyo, al frente de la División “Auxiliar de Los Andes” y derrotó a los gobernadores unitarios de San Luis y Mendoza. El caudillo santiagueño, Ibarra, derrocó al gobernador unitario de su provincia. Los hermanos, Francisco y Guillermo Reinafé, hicieron lo mismo en Córdoba. Paz terminó prisionero, el 10 de mayo de 1831, destruyéndose la Liga Unitaria, aunque el mando de ésta había sido tomado por el general Gregorio de Lamadrid. Quiroga recibió la orden de López de enfrentar a Lamadrid, lo que sucedió el 4 de noviembre de 1831, en La Ciudadela”. Lamadrid huyó hacia Bolivia.

Dirigió la campaña contra los aborígenes, designado por los gobernadores de Mendoza y San Juan, en diciembre de 1832, nombrado por su gran prestigio en el interior, a pesar de que no tenía experiencia en ese tema, y su salud se hallaba deteriorada.

Estando a cargo del ejecutivo provincial el gobernador Maza, se suscitó un conflicto entre el gobernador de Salta, Pablo Latorre y el de Tucumán, Dr, Alejandro Heredia. Para solucionarlo se envió a Quiroga, con el objetivo de restablecer la paz.

En la provincia de Córdoba, gobernaban los hermanos Reinafé, contra quienes había estallado una revolución en el año 1833, que ellos consideraban había participado Quiroga. Por esa razón Quiroga fue advertido de que atentarían contra su vida.

Cuando Quiroga llegó a Santiago del estero se enteró que el gobernador de Salta había sido asesinado en la cárcel, y decidió regresar a Buenos Aires. Al pasar por Córdoba no tomó precauciones por las advertencias recibidas. Al pasar por el norte de Córdoba, en Barranca Yaco, Santos Pérez y otros secuaces de los Reinafé, detuvieron la diligencia que conducía al riojano y le dispararon matándolo, junto a casi todos sus acompañantes. Sólo dos personas lograron huir.