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La Dinastía Hohenzollern

Publicado por Verónica

Escudo de armas de los Hohenzollern-SigmaringenLa casa real de Hohenzollern tiene sus orígenes en Alemania, concretamente entre los condes de Suabia, que gobernaron alrededor de los siglos XI y XII . El nombre de esta casa reinante proviene de la palabra «Zollern«, que era el nombre de uno de los castillos de la familia situado en Sigmaringen, al suroeste de Alemania.

Federico III adquirió el territorio de Nuremberg en el siglo XII, ampliando las posesiones de los Hohenzollern. Al morir, dividió sus posesiones entre sus dos hijos, dando lugar a los Hohenzollern de Suabia y a los de Franconia. La rama de Suabia, con Federico IV al mando, conservó los territorios de Nuremberg; esta rama se subvidiría más adelante en la casa de Hohenzollern-Hechingen y los Hohenzollern-Sigmaringen.

Los Hohenzollern tuvieron una gran influencia en Alemania desde sus orígenes. Fueron parte de los principados electores de Brandenburgo, pertenecientes al Sacro Imperio Romano Germánico desde el siglo XV. Para el siglo XVIII eran abundantes sus propiedades y palacios, muchos de ellos construidos cerca de Berlín. La consolidación de esta dinastía se debió, en mucho, a su alianza con la casa de Hohenstaufen.

La casa de Franconia tuvo mejor suerte que la rama de Suabia: Conrado III , fue el primer gobernante de esta rama dinástica y su nieto Federico III de Nuremberg, al percatarse de los Hohenstaufen perdían poderío, se alió con la ascendente casa de los Habsburgo, logrando con ello obtener los territorios de Bayreuth y Kulmbach a mediados del siglo XIII.

Federico I de Brandenburgo y VI de Nuremberg, gracias al apoyo que brindó al emperador Segismundo en su lucha contra los turcos, recibió de este la Marca de Brandenburgo con lo que adquiría, entre otras cosas, el derecho a ser elector del Imperio. Federico lucho por imponerse a los nobles locales y engrandeció los territorios de los Hohenzollern, mismos que darían origen al reino prusiano.

Las dos ramas de Suabia cedieron sus territorios a Prusia en 1849, con lo que quedaron prácticamente extintas, desapareciendo los Hechingen veinte años después; sin embargo, los Sigmarigen lograron pervivir: Carlos I de Rumania inicia la rama eslava de esta dinastía hasta su caída en 1947 y el príncipe Leopoldo de Hohenzollern-Sigmaringen fue candidato al trono de España en 1870, dando lugar a un percance diplomático que dio lugar a la guerra franco-prusiana.

La rama de Franconia se consolidó durante el siglo XVII: Federico III de Brandenburgo y I de Prusia , que se caracterizó por su incapacidad para gobernar, en cambio excedió el boato cortesano, convirtió al electorado de Brandenburgo en el reino de Prusia, de común acuerdo con Leopoldo I; su hijo Federico Guillermo I de Prusia, se ocupó del crecimiento económico y militar del reino, concentrando el poder en la aristocracia.

Federico II, el Grande, hijo del anterior, fue el gran reformador del estado prusiano durante el siglo XVIII, logrando anexarse grandes territorios, particularmente los de Silesia y Polonia. Prusia acrecentó su influencia en Alemania, rivalizando con Austria y representando una amenaza para los Habsburgo.

Tras las guerras napoleónicas, los Hohenzollern vieron disminuido su poder. Los territorios prusianos disminuyeron a un tercio de su extensión. Federico Guillermo, nieto de Federico El Grande, impulsó serias reformas y lanzó de nueva cuenta a sus ejércitos contra Francia derrotando a Napoleón en 1815. Prusia se convirtió en una gran potencia.

Federico Guillermo IV hará de Prusia un estado industrial propio del siglo XIX, dando lugar a grandes cambios sociales y económicos. Enfrentó una revolución en 1848, misma que lo obligó a formar una Asamblea Nacional con miras a crear una Constitución. Federico Guillermo IV disolvió en cuanto pudo dicha asamblea conviertiéndose en un monarca absolutista. Víctima de demencia, murió sin descendencia en 1857.

Subió al poder su hermano Guillermo I , quien será el constructor de la unificación del Imperio alemán junto con Bismarck. Además de ser rey de Prusia, a partir de 1871 se convirtió en emperador de Alemania. Guillermo II, su hijo, fue el último emperador de Alemania. Sus acciones políticas hicieron que detonara la Primera Guerra Mundial. Con la derrota de Alemania, Guillermo II tuvo que abdicar y refugiarse en Holanda, con lo que termina la hegemonía de los Hohenzollern.