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Luis El Piadoso

Publicado por María Celia

Ludovico Pío, apodado “el piadoso”, nació en la localidad de Chasseneuil, actual territorio de Francia, en el 778. Hijo de Carlomagno e Hildegarda, y nieto de Pipino El Breve, heredó el imperio de su padre. Sus dos hermanos, Pipino y Carlos, fallecieron jóvenes. luis-el-piadoso.jpg

En el 781 fue coronado Rey de Aquitania por el papa Adriano I, siendo un niño de apenas tres años de edad. En el 798 tomó el control de la frontera septentrional, hasta que en el 813 le fue cedida la corona imperial en una ceremonia celebrada en el Palacio de Aquisgrán.

Su vocación natural hacia la religión le valió el apelativo de “pío” o “piadoso” y a él se atribuyen las modificaciones efectuadas en las órdenes monásticas, defensor de una estricta vida monacal dedicada a la plegaria. Si bien la Edad Media se caracterizó por una alternancia del poder entre la iglesia y el estado, durante el reinado de Luis, será la religión quien ocupe un lugar destacado.

Fue un hombre muy estricto en lo que a moral religiosa refiere, condenando a las mujeres de vida licenciosa, animándolas a ingresar en conventos y depositando en ciertos hombres del clero toda su confianza. Al igual que sus antecesores, se hizo coronar por el Papa Esteban IV. Aún así, Ludovico fue un protector del Papado.

Este periodo se caracterizó por una férrea voluntad de mantener unido al imperio, objetivo difícil de cumplir debido a las diferentes rebeliones que atentaban en contra de la pretendida unidad que antiguamente había logrado su padre: un imperio unido, cristiano y apoyado por el brazo armado del papado. Mediante este feudalismo piramidal practicado por Carlomagno realmente se consiguió la unidad del Imperio que no tuvo otro acicate que la figura misma del Emperador.

Su primogénito, Lotario, fue asociado a la corona imperial, Pipino, había sido nombrado Rey de Aquitania, Luis, su tercer hijo, rey de Baviera. Esta división significaba la subordinación de todos al primogénito. Las primeras rebeliones fueron ejecutadas por su sobrino, Bernardo, rey de Italia, que fueron sofocadas.

La situación se agudizó cuando muerta la primera esposa de Ludovico, éste contrajo nuevamente matrimonio con Judith de Baviera, dando un nuevo hijo a la dinastía, Carlos, más tarde apodado “el calvo”.

Es así como se inicia un problema de sucesión que comenzó con un claro enfrentamiento entre Lotario y su padre que, tras luchas intestinas y muerto el Emperador, finalizó gracias al Tratado de Verdún y la configuración de lo que será el mapa actual de Europa.

En el año 830, sus hijos, aliados en contra de Ludovico en razón de los favores que de éste había recibido su hijo Carlos (nada menos que Alemania), se levantaron con la ayuda del Papa y, tras un golpe del Estado, reemplazaron a Luis por Lotario. Ese mismo año, la Asamblea de Nimega le devolvió el poder sustraído. Es así como comenzó la desgracia para Lotario.

Finalmente, tras la muerte de Ludovico en el 840 el imperio quedó dividido entre Lotario y Carlos El Calvo. Pipino falleció y Luis de Baviera no aceptó las disposiciones de Ludovico, enfrentándose a él. La debilidad del imperio era evidente, quedó sumido en la más absoluta anarquía, desencadenándose una serie de guerras civiles.