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Los Acuerdos Sykes-Picot

Publicado por Joaquín

Sykes-PicotLa I Guerra Mundial y su consiguiente reparto de las zonas de influencia entre las potencias vencedoras no dejó, obviamente, de lado a Oriente Medio. De hecho, provocó un cambio radical de los mapas y ha dejado como herencia una situación de tensión permanente que perdura hasta el día de hoy.

Uno de los movimientos geopolíticos más trascendentales tuvo lugar con los llamados Acuerdos Sykes-Picot, que pretendían el reparto de toda la zona de Oriente Medio entre Inglaterra, Francia y Rusia, así como debilitar al Imperio Otomano, que había entrado en la guerra apoyando a Alemania.

Debe su nombre a los encargados de negociar el acuerdo, el británico Sir Mark Sykes y el francés Charles François George Picot. Rusia, que en principio iba a participar, no pudo hacerlo finalmente, debido a la Revolución Bolchevique que estalló en 1917.

El contexto histórico en el que se desarrollaron las conversaciones se puede calificar, como mínimo, de delicado y cada una de las dos potencias europeas movieron sus piezas en función de sus intereses.

Así, los británicos estaban negociando paralelamente con el jerife de la Meca, Hussein Ibn Ali. Mediante la promesa de liberarlos de la dominación otomana y de crear posteriormente un Estado árabe unificado, consiguió que los árabes colaboraran en la guerra apoyando a los aliados. De esta forma surgió la llamada Rebelión Árabe. En esta rebelión participaría como enlace británico el celebre T. E. Lawrence, conocido como Lawrence de Arabia.

Este apoyo tan solo les supondría a los árabes la temporal independencia de algunas zonas y la subida al poder de la dinastía hashemita en varios tronos. Pero, del Estado independiente no se supo nada más, ya que contradecía lo acordado ente Francia y Gran Bretaña.

Los árabes no fueron los únicos que recibieron promesas de los británicos. Estos buscaron el apoyo de los judíos de la zona prometiéndoles la creación de un futuro Estado en Palestina.

Mientras la diplomacia de las Islas iba prometiendo a los habitantes de esa zona del mundo su apoyo a sus aspiraciones, Sykes y Picot negociaban en secreto como repartírsela.

Por fin, El 3 de enero de 1916 acordaron la división de Oriente Medio para cuando la guerra hubiera finalizado. Francia se haría cargo de lo que, hoy en día, es Siria y de una franja costera que se convertiría en el Líbano actual. Igualmente se le reconocía un ámbito de influencia que llegaba hasta Mosul.

Mientras, los británicos conseguían Basora y Bagdad, así como una zona de influencia que llegaba hasta Persia, la futura Irán.

Palestina, mientras tanto, quedaba en una situación algo indefinida. Fue otorgada a los británicos, pero bajo un mandato de la Sociedad de Naciones, el embrión de la actual ONU.

Posteriormente, Gran Bretaña continuó efectuando movimientos para mantener su poder en la zona. Así, despreocupándose del Acuerdo firmado con Francia, tomó Mosul y, uniéndola a Basora y Bagdad, creó Irak. También le arrebató a los franceses una franja de Siria, anexionando una parte al estado iraquí recién creado y otra a Cisjordania.

No son difíciles de vislumbrar las consecuencias de esos Acuerdos, ya que, en muchas ocasiones, son mencionados por dirigentes árabes como el inicio de todos sus problemas. Aunque esto no es cierto al cien por cien, sí se puede afirmar que muchas de las tensiones que afectan a esta zona del mundo tienen su origen en esta época.

Francia y Gran Bretaña dividieron la zona con una regla, creando países donde no los había y alimentaron las esperanzas nacionalistas tanto de árabes como de judíos, sin cumplir luego sus promesas.

El único lugar donde las intenciones del Tratado Sykes – Picot no llegaron a buen termino fue en Turquía. Si bien el Imperio Otomano desapareció tras la Gran Guerra, los intentos de desmembrar y ocupar el país no tuvieron resultados. La aparición de la figura de Mustafá Kemal “Atatürk”, que libró a Turquía del dominio extranjero y fomentó un fuerte nacionalismo turco, frenaron las intenciones de las potencias de Europa.