Francisco Largo Caballero
Nació en Madrid, el 15 de octubre de 1869. Conoció las penurias del abandono paterno y la lucha por la subsistencia, debiendo colaborar económicamente con su madre a partir de los 10 años.
Sus precarios estudios los cursó en un colegio de los HH. Escolapios (Granada) y en la escuela de San Antón (Madrid). Aprendió sobre todo, en la escuela de la vida, donde descubrió poseer un carácter tenaz, a veces obstinado, rebelde, y una gran honestidad moral. Trabajó en la construcción como estuquista. Ingresó en la UGT en 1890, participando ese mismo año, de la primera huelga de su gremio. Cuatro años después se incorporó al PSOE.
En el año 1917, la UGT, sindicato del PSOE, de la que era Vicepresidente (1908-1918) y la CNT, de ideas anarquistas, convocaron conjuntamente a una huelga general, en la que Largo Caballero tuvo participación como organizador, y que terminó en fracaso. Mientras cumplía por este hecho condena perpetua en el penal de Cartagena, fue elegido en 1918, como diputado, por Barcelona, gracias a lo cual, recuperó su libertad. Ese mismo año, y por los veinte años posteriores, actuaría como Secretario de la UGT. También se convertiría en líder del partido.
Se distanció de Indalecio Prieto, por sus ideas moderadas, con respecto a este régimen, que le permitieron seguir actuando en la legalidad durante la dictadura de Primo de Rivera, siendo en esta etapa, Consejero de Estado.
Cuando asumió la Segunda República, en 1931, fue designado Ministro de Trabajo, cargo que desempeñó hasta 1933, en que la coalición de partidos de derecha, CEDA, triunfó en las urnas. Desde entonces su pensamiento se tornó más radical y violento, bregando por la supresión de La Guardia Civil y las milicias.
Presidió el Comité Nacional Revolucionario, desde el 3 de febrero de 1934, e intervino en la revolución asturiana, el mes de octubre de ese año, que arrojó un saldo de cerca de mil cuatrocientos muertos en veintiséis provincias, desarticulada por el general Franco. Fue condenado a 30 años de prisión, pero al poco tiempo, fue puesto en libertad.
Trató de llegar a un acuerdo con el partido comunista y con el sindicato anarquista CNT, lo que lo distanció aún más del moderado Indalecio Prieto. Sus ideas cada vez más reaccionarias, le valieron el nombre de “Lenín español”.
Iniciada la guerra civil, durante el gobierno de José Giral Pereira, éste fue perdiendo autoridad, hasta su caída definitiva con la toma de Talavera de la Reina por los insurrectos, el 4 de septiembre de 1936, fecha en que Largo Caballero, fue designado Jefe del Gobierno y Ministro de la Guerra.
A pesar de su intento por mantener organizado el ejército republicano, la guerra no le era favorable, y las presiones desde Moscú eran grandes. Debió autorizar la salida de oro con destino a Moscú, por parte del Banco de España, pero cansado de tanta presión, echó de su despacho al embajador soviético, Rosenberg. A este contratiempo, se añadió en mayo de 1937, el levantamiento del POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista) enfrentado con Moscú, y la CNT anarquista. Largo Caballero fue presionado por la Unión Soviética para ilegalizar el POUM, a lo que se negó, lo que originó la oposición de miembros de su propio partido, liderados por Indalecio Prieto, los miembros del PCE y los republicanos de izquierda. Esta gran presión en su contra lo obligó a renunciar al gobierno, el 17 de abril de 1937, con aprobación del presidente de la República por el Partido Popular, Manuel Azaña. Su cargo fue ocupado por el socialista, doctor Juan Negrín, quien censuró durante su gobierno todas las opiniones de su antecesor, considerado ahora, alejado de la ideología de Stalin. Bajo el cargo de no pagar las cuotas, también fue expulsado de la UGT.
En 1939, durante la dictadura de Franco, se exilió en Francia. Un año después, las tropas nazis lo tomaron prisionero cuando invadieron Francia, y fue liberado por los polacos, al final del segundo conflicto bélico mundial, tras sufrir tres años en el campo de concentración de Sachsenhausen-Oranienburg, Allí, tal como contó en sus Memorias, comprendió que la libertad, de la que se hallaba privado, debía anteponerse, incluso a la República, oponiéndose a su propia opinión expresada en 1933, ¿Libertad para qué?
Durante su exilio en Francia, Largo Caballero se mantuvo activo en la política, aunque desde la distancia. Intentó reorganizar las fuerzas socialistas en el exilio, promoviendo la unidad entre los diferentes grupos dispersos por Europa. A pesar de las dificultades, mantuvo contacto con otros líderes socialistas y republicanos, buscando estrategias para enfrentar la dictadura franquista. Su compromiso con la causa republicana nunca disminuyó, y continuó abogando por la restauración de la democracia en España.
Falleció en un hospital de París, luego de serle amputada una pierna, a la edad de 77 años, el 23 de marzo de 1946, habiendo sido repatriados sus restos en 1978, celebrándose un acto en multitudinario en su memoria, y creándose ese mismo año, la Fundación Francisco Largo Caballero por parte de la UGT. Esta fundación se dedica a preservar su legado y a promover los valores de justicia social y derechos laborales que defendió a lo largo de su vida. Además, su figura ha sido objeto de estudio y debate, siendo reconocida tanto por su contribución al movimiento obrero como por su papel en momentos críticos de la historia de España.