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El Pacto de Varsovia

Publicado por Verónica

Ruptura del pacto: entrada de tanques rusos durante la Primavera de PragaTras la muerte de Stalin y durante el proceso de “desestalinización” emprendido por Nikita Krushev, Rusia firma este pacto el 14 de mayo de 1955 con los países de Europa central y oriental que habían sido ocupados por el régimen de Stalin, aparentando la igualdad entre la URSS y los países de su zona de influencia. Originalmente suscribieron este pacto con la URSS, Albania, Bulgaria, Checoslovaquia, Alemania Oriental, Hungría, Polonia y Rumania. Albania abandonó el acuerdo en 1962, tras la ruptura chino-soviética y Yugoslavia nunca lo suscribió. Aunque la cooperación albanesa se interrumpió de hecho tras 1961, con la fractura soviético-china y el conflicto con Moscú, la retirada formal de Albania se anunció en septiembre de 1968 como rechazo a la invasión de Checoslovaquia. Desde entonces dejó de asistir a los órganos del pacto y rompió vínculos militares, consolidando su alineamiento con China y su aislamiento respecto del mando unificado de las fuerzas del Tratado.

El pacto de amistad, cooperación y asistencia mutua de Varsovia fue la respuesta de la URSS al nuevo armamentismo alemán y a la entrada de la República Federal Alemana a la OTAN. Intentando ser una réplica defensiva de la Organización del Atlántico Norte, el pacto reunía bajo su comando a las fuerzas militares de los países socialistas europeos.

La firma del Tratado de Amistad, Cooperación y Asistencia Mutua en Varsovia el 14 de mayo de 1955 siguió a la entrada de la República Federal de Alemania a la OTAN el 9 de mayo. El acuerdo creó un Comité Político Consultivo y un Mando Unificado de las Fuerzas Armadas, con cuartel general en Moscú y un comandante en jefe soviético, integrando la planificación y doctrina de los ejércitos miembros.

La URSS ya había firmado diferentes acuerdos bilaterales, entre 1945 y 1948 , con casi todos los países sobre los que tenía influencia, el pacto de Varsovia sólo formalizó e integró estos acuerdos.

Con el pacto de Varsovia, la URSS buscaba conservar la hegemonía militar y política de la URSS el centro y oriente de Europa. Hungría decide abandonar 1956 declarándose neutral, pero el ejército rojo, faltando a las cláusulas en las que se manifestaba la no agresión entre los países firmantes, entró a Hungría para evitar su salida del pacto.

En 1968, un ejército de medio millón de efectivos, conformado por los países integrantes excepto Rumania, invadieron Checoslovaquia tras recibir la orden unilateral de Moscú, obedeciendo lo que se conocía como la doctrina Breznev, que daba el derecho de intervención a la URSS cuando el socialismo estuviera en peligro en alguno de los países que conformaban el pacto. La operación, conocida como Operación Danubio y lanzada la noche del 20 al 21 de agosto de 1968, se ejecutó con tropas de la URSS, Polonia, Hungría y Bulgaria. Rumania se negó a participar y la República Democrática Alemana no cruzó la frontera con fuerzas de combate, limitándose a apoyo logístico y de mando bajo coordinación soviética.

Con la Glásnot y la Perestroika implementadas por Gorvachov, la doctrina Breznev desapareció. Tras el fin de la mayor parte de los gobiernos comunistas en Europa oriental, el Pacto dejó de ser funcional. En 1990, Alemania Oriental lo abandonó antes de su reunificación. La estructura militar del Pacto se disolvió el 31 de marzo de 1991 y la organización fue formalmente disuelta el 1 de julio de 1991 en Praga, tras acuerdos entre los ministros de Exteriores. La retirada de tropas soviéticas concluyó en Checoslovaquia y Hungría en 1991, en Polonia en 1993 y en Alemania en agosto de 1994, con el retorno de los contingentes al territorio de la Federación Rusa. Tras la disolución de la URSS en 1991 y con los cambios estructurales en su ejército y su sistema político, fueron repatriados más de medio millón de soldados soviéticos desplegados que permanecían en los países de influencia soviética, el pacto dejo de funcionar en 1994.

LOS CINCO ACUERDOS DEL PACTO:

En el artículo primero las llamadas partes contratantes se comprometían a abstenerse de recurrir a las amenazas o el uso de la fuerza para arreglar sus controversias, comprometiéndose a arreglarlas por medios pacíficos, evitando poner en peligro la paz y la seguridad internacionales.

En su segundo artículo las naciones del pacto manifiestan su disposición a participar y colaborar sinceramente en la reducción de armamento y su participación activa para prohibir las armas atómicas de hidrógeno y otras más de destrucción masiva.

Las Partes Contratantes, en el artículo tercero, acuerdan consultarse mutuamente en cuestiones internacionales que afecten a sus intereses comunes así como cuando surja una amenaza de ataque armado contra uno o varios Estados Partes en el Tratado a fin de procurar la defensa colectiva para mantener la paz y la seguridad.

En el artículo cuarto acuerdan acudir al llamado cuando alguna de las naciones del pacto sea agredida por otro estado o grupo de estados, acordando las medidas colectivas necesarias para restablecer y mantener la paz.

En el último artículo, los estados convienen en crear un mando unificado de las fuerzas armadas que se colocarán por acuerdo entre aquellas bajo sus órdenes, mismas que actuarán sobre la base de principios establecidos de común acuerdo.