Historia
Inicio Italia, Siglo XV El Renacimiento

El Renacimiento

Publicado por Hilda

El RenacimientoFue un movimiento artístico, que se desarrolló durante el siglo XV, buscando el renacer del arte griego y romano, consecuente con una nueva filosofía de vida, encarnada en el Humanismo, que colocaba al hombre en el centro del mundo, desplazando de este lugar a Dios, eje de la vida en la Europa feudal.

El hombre medieval, si bien reconocía la grandeza del mundo antiguo, griego y romano, le negaba perfección, porque ésta sólo era posible hallarla en la vida eterna. Así, por ejemplo, las obras de Platón y Aristóteles, fueron tomadas por San Agustín y Santo Tomás de Aquino, para ponerlas al servicio de la teología.

El Renacimiento nos acerca por medio de su creación artística realista, la forma de vida humana del tiempo histórico de la modernidad. Acontecimientos como la Reforma protestante y el avance de la ciencia que permitió ampliar el mundo conocido, forjaron a un hombre más cuestionador de su ubicación en el mundo, y eso se expresó en las diversas manifestaciones artísticas, realizada por hombres que buscaban un reconocimiento terrenal, y no seres anónimos como en épocas medievales.

La admiración por la cultura griega se había manifestado en el estudio del idioma que ya se enseñaba en Italia, y por lo romano, en la apreciación de la genialidad de sus leyes, y el uso del latín por ciertos grupos sociales.

Promovidos por personas económicamente poderosas, generalmente pertenecientes a la burguesía, llamados mecenas, como los Médici en Florencia, los Sforza, en Milán y los Montefeltro, en Urbino, los artistas realizaban sus obras, pagados por estos influyentes personajes, que además les proporcionaban, vivienda, alimentos y ropa. Si bien surgió en Italia, heredera de la grandeza de la antigua Roma, se extendió luego a otros países europeos, como España, Portugal, Alemania, Bélgica y Holanda.

Pueden distinguirse en el Renacimiento, dos períodos: el Quattrocento, durante el siglo XV, que bajo el patrocinio de la familia de los Médicis, tuvo su lugar estratégico en Florencia, ciudad rica y bella.

En esta etapa se vive la transición entre el arte religioso y el humano, tomando como base las imágenes bíblicas, pero con características más terrenales.

Datan de este período las obras arquitectónicas de Felipe Brunelleschi, que se destacó por la construcción de la cúpula de la catedral de Florencia. En escultura, Donatello, esculpió el mármol y el bronce, «David» y “San Juan El Evangelista”, caracterizados por sus bajo relieves. Andrea del Verrocchio, fue discípulo de Donatello, a quien sucedió en el cargo de escultor favorito de los Médicis. En pintura Sandro Botticelli, pintó el retrato de Giuliano de Médicis, “La adoración de los magos”, “La primavera” y “El nacimiento de Venus”.

La etapa del Cinquecento, se desarrolló principalmente, en Roma y Venecia, donde lo terreno se apoderó de la inspiración artística. El volumen de las figuras se logró con la ayuda del uso del contraste entre luces y sombras, surgiendo además imágenes dispuestas en perspectiva y en forma simétrica. La figura humana, fue el principal tema de las obras, para lo cual se profundizó el estudio de la anatomía, incluyéndose desnudos y figuras con sensación de movimiento, proponiéndose plasmar el ideal de belleza de la antigüedad clásica.

Fueron representantes del Cinquecento, Donato di Bramante, en arquitectura, encargado de construir la cúpula de la catedral gótica del Duomo, en Florencia, Miguel Ángel Buonarroti, en escultura y en pintura, destacándose entre sus obras, la pintura de la Capilla Sixtina, donde grabó “El Juicio Final”, realizando además, el proyecto de la cúpula de la nueva basílica de San Pedro, y en escultura “La Piedad” y el “David”. El pintor y arquitecto Rafael Sanzio, retrató a los papas Julio II y León X.

Realizó para la Capilla Sixtina diez tapices, sobre la vida de San Pedro y de Pablo de Tarso y decoró el interior de la capilla Chigi en la iglesia romana de Santa Maria del Popolo.

Leonardo Da Vinci, fue arquitecto, pintor y escultor. En sus pinturas merecen citarse “La Gioconda” y “La última cena”. Brilló también, como ingeniero, creando canales y sistemas de riego. Sus escritos, en forma de cuadernos, guardan misterios que aún se pretenden develar, grabados taquigráficamente, sin puntuación y de derecha a izquierda.